Hoy la falta de certezas está a la orden del día; barbijo sí, barbijo no, barbijo para evitar contagiar, pero no para defenderte a vos del virus. La incertidumbre de no conseguirlos, de esperar instrucciones o hacer lo que podamos, nos deja en situaciones que angustian. Pero calma, la buena información siempre nos tranquilizará, y nos mostrará opciones:
Lo que sí sabemos:
No podemos desabastecer al sistema médico y al personal de salud -que se encuentran en una situación más vulnerable. La recomendación generalizada para toda la población sobre los barbijos industriales que utilizan los médicos, es utilizarlos sí y sólo sí: tenemos síntomas o atendemos a alguien infectado.
El eminente infectólogo argentino Pedro Cahn dijo al respecto: “No es un capricho mío: el barbijo es obligatorio para las personas que tienen síntomas, así como también es imprescindible para los trabajadores de la salud que deben atender a menos de un metro y medio de distancia a sus pacientes. Ahora bien, para aquella gente
que debe realizar cualquier otro tipo de actividad no tiene ningún sentido. Se humedecen al poco tiempo y en un par de horas dejan de ser efectivos”.
Respecto a los barbijos o mascarillas hechas en casa la discusión está abierta. Hace algunos días la CDC (Centro de Control y Prevención de Enfermedades) de Estados Unidos emitió un video recomendado a la población general el uso de barbijos caseros realizados con un pedazo de tela y dos banditas elásticas. A raíz de eso se desató el debate. Aunque muchos han opinado y mucha información circula, aún no hay ninguna certeza y la OMS, entidad reconocida mundialmente como la encargada de emitir la información oficial, no se ha pronunciado claramente (al menos hasta la fecha de cierre de esta edición). Por otro lado autoridades sanitarias de la Unión Europea desestimaron el uso de barbijos caseros ya que la confección de estos con telas comunes que no filtran el aire y se humedecen, podrían ser contraproducentes -ya que la humedad es un ámbito favorable para el contagio y una tela cualquiera permite que las microgotas la atraviesen-.
En este contexto de pandemia donde la amplia mayoría de la población mundial se encuentra en cuarentena la información circula a una velocidad incontrolable y además las autoridades en el tema se ven obligadas a tomar decisiones y actualizar la información día a día porque lo que se sabe cambia con el correr de las horas. Frente a la poca certeza por parte de las entidades oficiales y los flujos de información tan grandes, los datos se vuelven inchequeables y lo que ayer era cierto hoy es falso.
Debemos intentar evitar la circulación de cadenas y videos que no estén actualizados, que no sean oficiales o vengan de fuentes que parezcan fiables pero no podamos chequear. Intentando investigar sobre esta problemática en renombrados medios nacionales surgían notas recomendando drásticamente el uso de barbijos caseros. En estas se citaba como autoridad a un médico odontólogo desconocido. A la hora de decidir cómo debemos actuar deberíamos intentar escuchar a aquellos que se dedican al campo de la infectología y que son reconocidos por la comunidad científica como expertos por su formación y su trayectoria, no es arbitrario. Sino seguimos en una nube de incertidumbre y desinformación.
Pedro Cahn fue consultado respecto a los barbijos caseros y contestó que «no tienen ninguna efectividad demostrada” y agregó «El gran problema que tiene cualquier tipo de barbijo es que la gente se confía y empieza otra vez a tocarse la cara, se lava menos las manos, no respeta la distancia. Entonces hay una sensación mágica, las personas sienten que están como vacunadas y no es así”. Y agregó que muchos cuentan con barbijos industriales pero no saben utilizarlos y en ese caso se vuelve lo mismo que nada.
En la misma línea estuvo la declaración del director de la OMS Tedros Adhanom Ghbreyesus durante una conferencia de prensa el lunes 6/4: “No hay respuesta binaria, ni solución milagro. Las mascarillas solas no pueden frenar la pandemia de Covid-19”. Reforzando que se deben respetar y sostener los protocolos ya conocidos para evitar la expansión del virus.
Aún volcándonos a las fuentes oficiales y a los expertos en el tema no obtenemos una respuesta taxativa sobre la efectividad de los barbijos caseros, lo que si nos dicen es: no podemos pensar que los barbijos son la solución porque la gente relaja los otros cuidados. Las certezas que sí tenemos son que: los barbijos industriales deben ser para los profesionales de la salud y que las medidas que funcionan y que sí o sí debemos sostener son el distanciamiento social y el lavado de manos.
Catalina Llarín CONVIVIR