Cecilia Andrada – Directora
Dicen que cuando uno no resuelve un problema, este vuelve como las olas del mar…
Una vez, otra vez, y otra más fuerte.
Ya es demasiada casualidad como para que no nos demos cuenta de que en argentina vamos viviendo y reviviendo las mismas situaciones de incertidumbre. Y seguimos sin encontrar respuestas. Los cambios de figuras políticas en puestos clave nos llenan de inquietudes; negocios bajan sus cortinas, atrincherados, a la espera del cambio que vendrá, o que pase la tormenta y que no los agarre perdiendo… claro, nadie quiere perder nada.
Es que tantas veces vimos esta película, que ya la sensación se torna extraña… charlando con empresas amigas de este sector -el de lo natural- el discurso manifestado fue: “bueh, ya pasará, nos las vamos a arreglar”, “tenemos que seguir trabajando” o un “nosotros no podemos parar”. Las expresiones clave escuchadas fueron, “anteojeras y a seguir”. Y esa constante extrañamente nos tranquilizó.
Porque pase lo que pase, pasará. Y la batalla se pelea hasta el final.
Y si quizás ya no debamos buscar repuestas, sino cambiar las preguntas? ¿Será que no soy víctima inocente de malos gobiernos? ¿Hago lo suficiente por el medio ambiente? ¿Cuán responsable soy de las situaciones que me rodean? Ya estas tres preguntas que me hago hoy de solo escribirlas me incomodan. Cada uno tendrá sus propias nuevas preguntas, el sentido es mover lo establecido. Empezando por una acción clave: aceptar, y seguir adelante. Dicen que, por ley universal, cuando uno acepta la situación que le toca y obra lo mejor posible, la situación se resuelve. Probemos.