Es una enfermedad que causa dolores de cabeza a veterinarios y criadores de perros desde hace más de cien años. Fue diagnosticada a fines del siglo XIX por primera vez y se le puso este nombre por el griego Dis: anormal, deficiente y “plasia” desarrollo, formación.  Quien la bautizó ya vio que era una enfermedad producto de un desarrollo anormal o deficiente. 

Durante años se pensó que la cadera ya venía mal armada, que sus huesos estaban deformados, pero no es así. La patología nos dice que son los ligamentos de la cadera los que al ser muy elásticos no ajustan lo suficiente, produciendo un movimiento, una inestabilidad a esa articulación. Con el paso del tiempo, ese chocar de las superficies las va deformando, se va destruyendo el cartílago protector y termina al año de vida con lo que se llama una osteoartrosis, que produce dolor y disfunción. Se pensó que era de origen genético, es decir que se hereda de padres a hijos. Durante años se han separado a todos los perros con displasia de la reproducción, pero la displasia no desapareció. Se sabe que la alimentación y el peso del animal complica y mucho el problema. En algunos lugares como Japón casi no hay displasia. Es decir que el medio ambiente y la cultura alimenticia influye mucho. 

Quiero aclarar antes de seguir, que los comentarios que he escuchado sobre que al perro con displasia hay que sacrificarlo para que no sufra, es una barbaridad. Hoy tenemos tratamientos de todo tipo para ir manejando a estos perros durante toda la vida. Jamás tuve que dormir a un perro con displasia. Aclarado el punto seguimos… Desde la homeopatía vemos el tema de la siguiente manera. Existen diferentes biotipos de animales en cuanto a su conformación: altos, bajos, gordos, fofos, rígidos, agiles, torpes etc.  Una de esas constituciones tiene la característica de tener muchas fibras elásticas en sus ligamentos. Son muy flexibles, muy poco rígidos. Sus ligamentos se estiran, produciendo una inestabilidad en sus articulaciones. Son los que se luxan con facilidad. Si a esta constitución le sumamos a un crecimiento rápido, un peso exagerado, una alimentación incorrecta un ejercicio inadecuado vamos a tener con seguridad un perro con displasia de cadera, de codo etc. 

Se pensó que la única raza que la padecía era la del Ovejero Alemán. No es así ya que Labradores, Golden Retrievers, Gran Daneses, perros pastores de todo tipo y en general cualquier perro de tamaño grande y crecimiento rápido también la sufren. La he visto en perros salchichas y caniches, pero es raro. Como también es raro en galgos, porque son livianos y flexibles, es decir que soportan perfectamente sus ligamentos elásticos sin producir daño en sus articulaciones. 

Hace años se pensó que era una deficiencia de calcio y se le daban suplementos de calcio a los cachorros en crecimiento. Todo empeoró. Porque la displasia de cadera no es un problema de huesos, sino que es un problema de ligamentos. El calcio aumentó el peso de esos huesos provocando más lesiones: chocaban con más fuerza. Hoy en día los alimentos balanceados deberían tener en cuenta esto y balancear correctamente al calcio, fósforo, magnesio y otros minerales en las dietas, pero a veces el tema se les escapa de las manos porque el precio y la disponibilidad de los ingredientes hace que tengan que usar lo que puedan y eso desbalancea los requerimientos aumentando peligrosamente el calcio. Es un tema que excede a este artículo, pero que ya trataremos. Por eso que hay que utilizar balanceados recomendados por los veterinarios especialistas o darle dietas naturales. 

Hay además remedios homeopáticos que ayudan a que el crecimiento del cachorro sea lo más equilibrado posible. Nosotros utilizamos una fórmula a la que llamamos Crecimiento, que está formada por las tres calcáreas: carbónica, phosphórica y fluórica que regula muy bien este equilibrio tan sensible. Hay además micronutrientes como los aceites omega 3 y 6, el condroitín sulfato, la glucosamina que se puede suplementar. Buscar a cada cachorro su remedio homeopático individual que ayude a su crecimiento. Realizar un ejercicio natural, sin exigencias, sin apuros, sobre pisos blandos. 

Un cachorro que venga al mundo con la predisposición para tener una displasia de cadera puede que al llegar al año de vida no tenga ningún síntoma y luego lleve una vida normal o casi normal. Para el diagnóstico correcto está la radiografía de cadera en dos posiciones al año de vida. Ahí vamos a ver si tiene o no y el grado. Se verá la deformación del acetábulo, que es la copa que contiene a la cabeza femoral que en la displasia pierde la concavidad y la cabeza del fémur que se va deformando por los golpes, se va aplanando, pierde su redondez y queda irregular, como la rueda del auto de los “Picapiedras”. Eso es lo que luego producirá un dolor importante cuando el perro se levanta, quiere saltar, subir escaleras etc. 

Redondeando el tema si tenemos un cachorro de una raza que de grande será pesada: más de 25 kg, hay que ir llevándolo, cuidándolo, abriendo el paraguas antes que llueva, la homeopatía tiene grandes herramientas para ello. Luego si al año con la radiografía tenemos la mala noticia que sí tiene la displasia, esta será mucho más leve y llevadera. No se olviden de cuidarse y cuidar a los demás: quedándose en casa si no es necesario salir, usando tapabocas y lavándose las manos muy seguido.

Hasta la próxima. Cuídense. Hoy más que nunca, Salud y alegría.

Durante la cuarentena estamos atendiendo los días Martes y Sábado por la mañana. 
Solicitar turnos al 4632-3558

MV. Jorge S. Muñoz
Médico veterinario homeópata
homeopatia5@gmail.com  |   www.homeovet.com.ar
@homeovetmunoz

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