Bonus track de la entrevista a Juanita Tucci y Liliana Caputo de IATENA
-L: La gente piensa que deja el trigo y se murió porque ya no hay salida ni otra vida, entonces cuando comienzan a investigar encuentran que tienen seis o siete variedades de harinas y posibilidades. Como el mijo, el arroz, el maíz, la quínoa, el amaranto, el trigo sarraceno, el sorgo.
Tenés todas las variedades de semillas con las que podemos hacer harinas, todas las legumbres, (que en Argentina se usa solo la lenteja y el garbanzo), tenemos una riqueza tan grande de posibilidades. Porque uno de los temas más preocupantes para la persona es «¿Y ahora qué cómo?» Y termina recurriendo a lo conocido transformado en «Sin Gluten industrializado». No sólo se puede enseñar a cocinar con nuevos ingredientes, sino que después se pueden animar a crear sus propias preparaciones de acuerdo a sus gustos, pero sabiendo que no tienen aditivos, no tienen químicos. El celíaco la propuesta que tiene, a través de la industria y lo conocido, es a base de féculas, harinas y químicos, para lograr la textura de lo conocido, “yo quiero mi medialuna”, aunque tenga una harina que no me aporta nada, que tenga veinte químicos adentro para que se pueda comer y es dura y es sin gusto… Entonces hay que educar al que va a preparar también sus propias comidas y sacar de la cabeza también que es difícil, que le lleva mucho tiempo, que es trabajoso. Cuando uno aprende, sabe que es cuestión de organizar la vida de otra manera.
-J: Los paradigmas y conceptos van cambiando. Antes la comida vegetariana tradicional era fea. Ha habido un salto tremendo, se hacen cosas riquísimas. También “comer vegano, comer Sin TACC es caro”, depende… Depende de lo que vos elijas. A vos te dicen tradicionalmente que las leches vegetales son caras, hay opciones, hacé leche de semillas de girasol, te sale mucho más barato y también tenés una leche vegetal. Cuando vas aprendiendo hay posibilidades, el mundo no queda restringido a lo conocido. La riqueza de posibilidades que hay es enorme, es más, tradicionalmente tenemos harina integral o blanca, resulta que sos celíaco y hay quínoa, amaranto, mijo, ¡Epa! hay más!!.
«No tengo tiempo» Si buscás recetas tradicionales son terribles llevan mucho tiempo. Cuando aprendés buscas recetas que acortan los tiempos, hay pancitos que se hacen en sartén. Mucho más rápido. Más que falta de tiempo es falta de conocimiento.
-L: Cuando la persona se acerca voy viendo esto: primero hay deseo de querer saber, de querer hacer algo, pero con el tiempo aprenden a resolver cómo cocinar y que lo pueden incorporar y la familia lo incorpora. No solamente cambia SU mirada sino que contribuye a qué cambie en su casa. No hay que convencer a nadie hablando, hay que cocinar rico y que eso se incorpore en la cocina. Una vez que ya está adaptado nadie lo va a cambiar.
-J: Estamos en un momento en que hay que aprender. Hicimos un salto cuántico, es la oportunidad para empezar a incursionar y ver todas las opciones y las posibilidades sin recurrir a lo viejo.