Quizás vos como yo seas un bien intencionado, de esos que El poder de cada uno …Y un trabajo más
tratan de ver el lado amable de las cosas, de esos que tratan
de buscar soluciones y no problemas, aunque lo problemas
vengan solos. Quizás vos, como yo, como la mayoría de las
personas, ciudadanos comunes, sólo queramos vivir en paz. Y
que nuestros hijos y nosotros mismos seamos felices todos los
días… aunque sea de a ratitos, pero todos los días. Es mucho
pedir? Es un pensamiento normal creo yo. Y esa felicidad a
veces la ponemos en los otros, como ponemos en los otros las
culpas de nuestras tristezas e incomodidades… y nos equivocamos. Sí, de carne somos, reflexión oportuna, justamente
ahora que la OMS descubrió que…“comer carne hace mal”.
¿A dónde quiero llegar con toda esta voltereta?
Aquí mismo, a esta página de este diario, a nosotros, a este
conjunto que nos conforma. Los que estamos acá, escribiendo,
publicando su actividad, el que esto lee y quien esto escribe.
Nosotros. Nosotros, estamos buscando algo más. No es
casual que nos juntemos aquí. Pertenecemos a una misma
“manada”. Nosotros, humildemente, luchamos por el bien
común. Las cosas no nos dan lo mismo. No nos quedamos con
lo que nos dicen, no elegimos el camino que aparenta fácil y
lleva a cualquier lado. Nosotros buscamos la verdad, y obramos en consecuencia. Te parece que exagero? Pero no. Nosotros no deseamos que el otro pierda sino que todos ganemos.
Buscamos, leemos, compartimos, ideamos formas de mejorarnos a nosotros mismos y a nuestro entorno. Y si nos damos
cuenta de que los verdaderos cambios se inician adentro y que
la voluntad de todos por la mejoría empieza a concretarse con
hechos pequeños multiplicados, como una sonrisa de felicidad, no importa finalmente si elegimos cambios o continuaciones, porque nosotros trabajaremos igual por el bien de los
propios y el de los ajenos. Porque nadie se salva solo.
Queridos amigos, recuerden, reincorporemos la vieja idea de
que el respeto por el otro es la clave; reconozcámonos en el
otro. IN LAK’ECH», saludaban los Mayas, «yo soy otro tú», a lo
que contestaban: «HALA KEN», «tú eres otro yo»…Y si no pensás
como yo, igual podes ser mi amigo. Trabajemos por la unión, y
por el respeto; que de sufrimientos ya hemos tenido bastante.
De sufrimientos en esta Tierra amada hoy hay de sobra.
Queridos amigos: Felices elecciones, y bendita sea la democracia que supimos conseguir. Y juremos con gloria vivir.
Cecilia Andrada / Directora