El té verde ha atravesado siglos de historia manteniéndose como un símbolo de salud y bienestar. Originario de Asia, su uso medicinal se remonta a milenios atrás, donde fue incorporado por distintas culturas en prácticas curativas y rituales diarios. Hoy, su valor se extiende también al mundo occidental, donde diversos estudios científicos respaldan sus múltiples beneficios.
El secreto del té verde radica en su procesamiento. A diferencia del té negro, que se oxida completamente, el té verde se somete a un calentamiento rápido que desactiva las enzimas oxidativas. Esto permite conservar mejor sus compuestos activos, como los polifenoles, conocidos por su poder antioxidante.
Sus beneficios para la salud son numerosos: ayuda a reducir los niveles de colesterol en sangre, protege el sistema cardiovascular, retrasa el envejecimiento celular y mejora la salud de la piel. Además, gracias a su alto contenido de antioxidantes, combate los radicales libres, responsables del deterioro celular prematuro.
Desde el punto de vista nutricional, una taza de té verde aporta minerales esenciales como calcio, cromo, manganeso, magnesio, hierro, zinc, potasio y selenio. Algunos de estos, como el selenio o el manganeso, no siempre están presentes en cantidades suficientes en la alimentación diaria, por lo que su ingesta a través de esta infusión resulta especialmente valiosa.
En cuanto a las vitaminas, el té verde destaca por contener:
- Vitamina A: protege las mucosas y ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares al reducir la oxidación del colesterol LDL.
- Vitamina B2: favorece la salud de la piel, el cabello, las uñas y la vista.
- Vitamina C: esencial para la salud bucal, digestiva y celular. Además, potencia la acción de las vitaminas A y E.
- Vitamina E: combate los radicales libres, preservando la integridad de las membranas celulares.
También contiene aminoácidos como triptófano, glicina y serina, que participan en funciones vitales del organismo. Por si fuera poco, su aroma y frescura lo han convertido en un ingrediente destacado en la elaboración de perfumes y productos cosméticos.
No es casual que en la antigua tradición taoísta se lo conociera como el elixir de la inmortalidad. Una infusión natural, sencilla y poderosa que nos invita a conectar con un estilo de vida más saludable.