Propiedades de los garbanzos

Aunque no se sabe si el origen de los garbanzos es asiático o mediterráneo, en la medicina ayurvédica se utilizan desde tiempos ancestrales para aliviar enfermedades de la piel. Hoy seguimos descubriendo sus propiedades nutricionales. Existen alrededor de 40 variedades de garbanzos; las cinco más conocidas son castellano, blanco lechoso, garbanzo venoso andaluz, garbanzo chamad y pedrosillano.

Composición nutricional

Destaca su contenido mineral, en especial el zinc, fundamental para estimular la inmunidad natural. El zinc mejora el metabolismo de la glucosa; sumado a su equilibrado aporte de fibra, carbohidratos complejos y aminoácidos. Un alimento especial para los diabéticos; por supuesto, en estos casos recomiendo un programa integral como el propuesto en Detené la Diabetes (Grijalbo) que hemos propuesto junto al chef e investigador periodístico, Pablo Martín.

Su composición promueve una adecuada salud intestinal;  alivia tanto problemas de estreñimiento como diarreas; su efecto es estabilizador y regulador. Es un alimento de valor coadyuvante para aliviar las hemorroides; por supuesto, en el marco de una alimentación saludable y mejor si se complementa con hierbas como el Hamamelis, el Rusco o el Ginkgo biloba. En los últimos tiempos los garbanzos han recuperado fama y protagonismo porque su consumo regular se asocia a estados de bienestar emocional. De acuerdo a una investigación israelí, esta legumbre favorece la producción de la hormona de la felicidad, la serotonina -aunque muchos la consideran tan solo un neurotransmisor-; esto es así, especialmente porque es rica en triptófano, precursor de la misma. 

Entre otros beneficios, se ha observado que ayuda a conciliar el sueño y a aliviar la depresión.

Beneficios de los garbanzos

Para aliviar el cansancio, encontramos un buen aliado. Al ser un regulador anímico, favorece el descanso y el bienestar general; también una equilibrada presencia de carbohidratos de liberación lenta contribuye a promover energía duradera. En casos de astenia y convalecencia, su composición nutricional rica en proteínas, ácidos grasos saludables y minerales como fósforo y magnesio, favorece mejores tiempos de recuperación. Con elevado contenido en fibra que se hace notar para combatir el estreñimiento.

Se recomienda a las embarazadas el consumo de ácido fólico para evitar defectos neurológicos de nacimiento; los garbanzos y las lentejas aportan folatos naturales de mejor biodisponibilidad que los que suelen venir en los complementos.

Los garbanzos, con su aporte de fibra, potasio, vitamina C, vitamina B-6 y ácido fólico, contribuyen a la salud cardiovascular regulando el colesterol en la sangre y evitando su oxidación y depósito.

Ricos en selenio, los garbanzos también ayudan a combatir el cáncer ya que este oligoelemento alivia la inflamación y disminuye el crecimiento de los tumores.

Los garbanzos son todo en uno para la salud ósea: vitamina K, fosfato, calcio, magnesio, manganeso, zinc… Nutrientes esenciales en la construcción y mantenimiento de los huesos. Más un poco de sol, actividad física y comida de verdad!

Si estamos a dieta para bajar de peso, los garbanzos tienen pocas calorías, mucha fibra, son de bajo índice glucémico y cuando los consumimos se reducen los antojos y la ansiedad por comer.

Garbanzos en la cocina

Previamente debemos dejar los garbanzos en remojo; minimo unas cuatro horas, idealmente toda la noche o incluso doce horas. Colocar el triple de agua fría y un recipiente que los contenga cuando tripliquen su tamaño; si los deseamos más tiernos, añadir una cucharadita de bicarbonato. Al momento de cocinarlos, desechar el agua en la que han sido macerados y ponerlos en una olla con agua limpia, un poco de sal marina y un chorrito de aceite de oliva virgen.

Para que sean más fáciles de digerir, podemos agregar también un trozo de alga kombu o un poco de alguna hierba carminativa como salvia, tomillo, cilantro o ajedrea. Si es de tu agrado, puedes cocerlos con algo de perejil y verduras cortaditas para saborizarlos. Ahhh! Los que saben, recomiendan que, a diferencia de otras legumbres, los garbanzos hay que echarlos a la olla cuando el agua esté hirviendo; dicho esto, fuego lento y olla tapada con chup-chup y todo, durante unos 90 minutos. También podemos consumirlos en forma de harina de garbanzos; con ella se preparan rebozados, masas de buñuelos y se puede enriquecer todo tipo de harinas de cereales; también se utiliza como sustituto de los huevos en las recetas veganas.

Garbanzos germinados

De esta forma su contenido enzimático se multiplica y los vuelve muy fáciles de digerir, además de sumarle otros valores nutricionales. Para germinar los garbanzos, debemos dejarlos en un recipiente en remojo durante toda la noche. A la mañana siguiente, colocar los garbanzos remojados en un frasco de vidrio que taparemos con un trozo de tela mosquitera o gasa sujeta con una banda elástica; esto facilita escurrir el agua sobrante cada vez que pasemos los garbanzos por agua. El tiempo de germinado es de unos 3-4 días, dependiendo del tipo de garbanzo y el clima. Durante este tiempo de germinación los enjuagaremos un par de veces al día en otoño e invierno y 3 o 4 si estamos en verano y las temperaturas son elevadas. Para que el agua sobrante escurra mejor, colocar el frasco boca abajo y con una inclinación en 45º para evitar el amontonamiento de los garbanzos. Durante el germinado pondremos el frasco en un sitio oscuro o lo taparemos con un trapo. Una vez germinados, lavar, escurrir bien y guardar en un recipiente hermético en el refrigerador; se conservan frescos durante 3 o 4 días. ¡Buen provecho!

Pablo de la Iglesia
Naturópata
www.coachnutricional.net
@poreldespertar

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