Los cinco Elementos y la Salud

Hoy vamos a hablar de los 5 elementos de la materia (que hasta hoy conocemos), la Tierra, el Agua, el Aire, el Fuego y el Espacio o Éter y como al estar en desequilibrio afectan nuestra salud.
Comencemos por decir que el Prana es la energía vital de todo el Universo, la energía que nos nutre y que viaja a través del aire. El Prana lo penetra todo, cuando respiramos sin conciencia solo inhalamos aire, pero cuando estamos en meditación o respirando en forma activa y atenta incorporamos esas partículas sutiles del aire que nos llena de energía.
La mente y el Prana funcionan como una unidad, sin la mente el Prana no tiene dirección y sin el Prana la mente no se puede mover.
Así pues una mente dispersa y enloquecida genera un Prana desbocado y sin nutrición.
El Pranayama es la herramienta capaz de purificar todos los senderos, aquietar la mente y sanar el cuerpo.

Pranayama: Prana y ayana se refiere al control o regulación del prana (a través del Aire). Físicamente hablando es la suspensión del reflejo respiratorio por periodos más o menos largos.
El hombre ha evolucionado a través de la relación con su entorno natural, si bien hemos perdido gran parte de esta relación, es indudable lo bien que nos sentimos cuando estamos al aire libre, en la montaña, en el mar, en un río. Cuando hacemos una fogata y nos reunimos junto al fuego. Respiramos profundo para calmarnos y nos embelesamos al mirar el cielo estrellado. 
Cuando nos falta un elemento lo anhelamos, buscamos fuego cuando hace frío, agua fría cuando sudamos, queremos pisar tierra firme después de muchas horas de vuelo, salir a caminar después de estar encerrados, etc.
Lo que no nos damos cuenta es que los Elementos son sagrados, y el contacto con ellos nos conduce a la sanación y al equilibrio.

Desde un punto de vista material decimos que:
La Tierra es la carne, el cuerpo.
El Agua, los fluidos (sangre, linfa, orina, orgasmo, saliva, lagrimas).
El Fuego las energías químicas y eléctricas, el calor y el metabolismo.
El Aire, el oxígeno y gases del cuerpo.
El Espacio, el espacio que ocupa mi cuerpo y el que hay dentro de él, del cual todo se genera.

Desde una mirada más profunda nos damos cuenta de que todos deben estar en equilibrio para gozar de buena salud, los elementos nos componen, somos la suma de los cinco, si uno está en exceso otro mermará y estará en defecto y eso produce diferentes síntomas/dolencias. 
Analicemos un poco cada uno, sería bueno que sientan en ustedes mismos cual es el/los elementos que desequilibran para poder trabajar en ellos.

TIERRA: seguridad, firmeza, arraigo
En Equilibrio: da estabilidad, firmeza, confianza, seguridad, fe estable, responsabilidad, nos valemos por nosotros mismos.
En Desequilibrio:
Exceso. Todo nos es muy trabajoso, somos lentos, perezosos, dormilones, embotados, incapaces de movernos. El pensamiento es lineal y sin creatividad.
Depresión, resignación con la profesión, con la pareja o con las prácticas espirituales. Los problemas son agobiantes.
Nos dormimos en la meditación, llegamos tarde o demasiado temprano a las citas.
No hablar o no parar de hablar una vez comenzado, pero repitiendo el mismo tema.
Defecto. no tenemos ancla, somos volátiles, divagamos estamos agitados. No terminamos lo que comenzamos, tenemos insatisfacción y frustración, desarraigo (no estamos bien en ningún lado) a veces buscamos una pareja que nos dé una estabilidad económica o una relación segura para sentir el arraigo. Nos sentimos incapaces de valernos por nosotros mismos, necesitamos siempre de un “bastón” que nos sostenga.

Cuando el elemento Tierra se ha desarrollado nos trae Ecuanimidad.

AGUA: adaptabilidad
En Equilibrio: nos sentimos a gusto con la vida, nos movemos con soltura y fluimos en torno a las situaciones de la vida. Aceptación de las situaciones, es la felicidad de Ser independientemente de las circunstancias. Gozo y satisfacción. Disfrutamos de todos y en los lugares que nos toque estar.
En Desequilibrio:
Exceso. Extremadamente emotivos o sentimentales, nos sentimos demasiado cómodos y nos resbalan las responsabilidades.
Nos dejamos abrazar por la comodidad y el confort al punto de sentirnos satisfechos en situaciones que deberían ser modificadas o improductivas.
Abandonamos la lucha por algo aunque lo hayamos deseado mucho.
En la meditación disminuye la claridad. 
Podemos estar llorosos o perdidos en la auto conmiseración.
Defecto. Incómodos con nosotros mismos y con los demás. No nos sentimos cómodos en ningún lugar. Nos sentimos secos, como pasas de uva, incluso lo podemos ver en el rostro. Falta de alegría por todo, nada nos conmueve, se nos cierra el corazón. (recuerden que el agua acepta cada situación y cada persona, si acepto puedo compadecerme y amarlo)

Cuando el elemento Agua se ha desarrollado nos trae la Sabiduría que es como un espejo. (Prueben mirarse en una fuente de agua en calma y luego agítenla, el rostro se nos desfigura, así esta nuestra agua interna cuando estamos inquietos, por eso es “el espejo que todo lo sabe”).
El Tantra usa muchas metáforas para sus definiciones…

FUEGO: temperatura, calor, metabolismo
En Equilibrio: nos da creatividad, iniciamos proyectos y ponemos las cosas en movimiento. Intuición, entusiasmo y exaltación. Alegría en el trabajo, logros de las metas propuestas.
En Desequilibrio:
Exceso. Agitación, irritabilidad, relaciones impulsivas, estallamos sin pensar, hacemos ademanes de ira. Intolerancia (religión, raza). Dado que el fuego es opuesto a la tierra, su exceso trae falta de arraigo. Movimientos rápidos e inestables. Dificultad para dormir. Todo viene a la mente en forma continua sin parar, hablan mucho y rápido. Antes de terminar una idea aparece otra.
Defecto. No hay energía, inspiración o hace todo en forma rutinaria. Falta de vitalidad, no se disfruta el trabajo, no hay entusiasmo. Todo es rutinario y muy trabajoso.

Cuando el elemento Fuego se ha desarrollado nos trae la Sabiduría del discernimiento. Es decir, “no salto como leche hervida” ante cualquier situación, me tomo unos segundos para REFLEXIONAR, y luego actuar.

AIRE: cambio, movimiento, permeabilidad
En Equilibrio: transforma lo negativo en positivo, el odio en amor, los celos en apertura, la codicia en generosidad.
Un intelecto curioso, flexible, favorece el aprendizaje. Si las cosas no van bien el Aire nos permite apreciar otros aspectos.
En Desequilibrio: 
Exceso. Si hay mucho aire hay poca tierra y agua, por lo tanto, poca estabilidad y satisfacción. Es difícil perseverar, estamos nerviosos, preocupados, volátiles, no podemos enfocarnos. Pasamos de estar contentos a estar tristes por una mínima situación. Incertidumbre.
No hay gravedad interna, somos arrastrados.
Defecto. Atascamiento, no podemos hacer cambios, ante una inquietud se instala y no podemos salir de esa situación.
Como el Aire es el elemento que transporta el Prana, si está muy perturbado, mi mente también lo estará, dificulta el sueño, la meditación, etc.

Cuando el elemento Aire se ha desarrollado nos trae la Sabiduría de la clarividencia.

ESPACIO: Todo surge del Espacio, se manifiesta en él y se disuelve también en el Espacio, es la conciencia despierta.
En Equilibrio: tenemos suficiente espacio en nuestra vida, suficiente tiempo, tolerancia, capacidad emocional. Nos hace estar conectados con nuestra esencia y no buscamos afuera la causa de nuestros problemas.
En Desequilibrio:
Exceso. Flotamos en el espacio, no nos podemos conectar con los demás, perdemos la conexión, estamos a la deriva. Falta de presencia.
Defecto. Los problemas suelen ser avasallantes, demoledores, estamos dominados por las experiencias. Culpamos a los demás y a todo el Universo por nuestras situaciones. No podemos mirar dentro nuestro. No tenemos ni tiempo ni espacio en la vida.

Cuando el elemento Espacio se ha desarrollado, también lo hace nuestra conciencia.

Conocer los elementos y sus virtudes puede ayudarnos a sanar conectándonos con ellos, cada uno a su manera y con sus posibilidades, subir una montaña es muy saludable pero si estamos lejos de ella nos sirve también caminar descalzos en el pasto, abrazar un árbol, respirar el sol, mirar correr el rio, si no se puede hacer una fogata encender una vela y meditar en su luz, no es necesario bajar las estrellas para sentirlas cerca.

Bibliografía: Escuela de Meditación “El Sendero de Él”, Dra. Claudia Sánchez.

Por Farm. Dra. Miriam Noemí Bruno
DT Farmacia Homeopática Libertad
Mail: farmacialibertad0@gmail.com

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