El espiral es símbolo de evolución. La concatenación entre el espiral y sus puntos, dan cuenta de los modos en que se van repitiendo y manifestando las etapas del desarrollo. Los puntos son hechos significativos, impactos, emociones fuertes que pueden repetirse o trascenderse. Cada vuelta al mismo punto, da la posibilidad de interpelarlo o reforzarlo. Interpretar la vida como un espiral nos permite simbolizarlos como hitos o conflictos que explican los niveles de resolución o estancamiento que ocasionan una vida con propósitos placenteros o de sufrimiento. El reto es tomar consciencia de que, a medida que pasamos por ellos, los habitamos de un modo diferente y los vinculamos con el resto creando una nueva trama.
El poder de visualizar cada punto del “camino” reside en el mecanismo milagroso de pasar por el mismo sitio y encontrar algo diferente. Tomas Eliot dijo: “No dejaremos de explorar. Y el final de nuestra exploración nos hará llegar a donde comenzamos y a conocer por primera vez ese lugar”.
De eso se trata el espiral, de ir haciendo la ruta o como diría el Tao “el camino” que, en definitiva, nos conecta con nuestro origen o Ser. Existen creencias ligadas a elecciones y decisiones que nos alejan o nos acercan a ese origen, cada una de ellas marcan un sendero. El desafío que propongo es animarse a travesar los residuos de dolor advertidos a medida que se van caminando los puntos. Más allá de los daños vividos cada parte de la trama guarda un potencial hacia la evolución. A veces, cuando se está parada o parado en un lugar, se advierte que ha sucumbido la esperanza, pero no se da espacio a la idea de que ese punto puede ser un nuevo comienzo, el preludio de un giro, de un movimiento. Se pueden encontrar formas, recursos para habitar, de muchos modos posibles, ese pasaje. Si se confía en esa posibilidad, el cuerpo dará sitio a fuerzas diferentes y, de esta manera, creará las condiciones para visualizar los puntos siguientes. Allí está la transformación.
El ser reserva un amplio campo de posibilidades, una especie de magia muy valiosa, fuente y germen de oportunidades. Si se le da cauce a esta multiplicidad, la apertura vislumbrará y dejará lugar a la comprensión de entornos que alguna vez dolieron. En la medida que se vuelva a pasar por allí con intenciones sanadoras se podrá llegar a honrarlos. Solo se necesita tiempo y paciencia para atravesar los sedimentos de ese tránsito vivido y el espiral realizará suaves curvas de crecimiento y evolución.
Las y los animo a delinear un espiral con los puntos o hitos de vida, luego lo van releyendo cada tanto para evaluar si algunos de esos puntos se han repetido de alguna manera o se hubo algún movimiento. Mucho por explorar…
Por Alejandra Brener
Lic. en Ciencias de la Educación
Terapeuta corporal bioenergestista
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