Cuando era chica mi vieja nos decía “les voy a dar una felpeada”, y quería decir algo así como: fajada con pasada de trapo, o similar. No me interesa buscar el concepto exacto porque creo que es mejor así, se entiende, y está grabado en subconciente. Traje esta frase a mi memoria hace pocos días, durante las fiestas de fin de año, que se distinguieron por saludos que se sucedían con un insistente: “este año no me dió tregua”, “brindo porque sobreviví” o “el 2019 me dió para que tenga y reparta, pero rescato que…” y así sucesivamente amigos por whatsapp, en las redes, en los brindis de las infaltables juntadas, repetían una y otra vez que el año pasado no nos dio descanso. Sí amigos, el 2019 nos dio una Felpeada. Pero me sorprendió también, prestando real atención, la cantidad de cosas que sí salieron bien, de logros en esta batalla, todos recapitulando, vivimos triunfos en medio de lo caótico. Y eso nos dio alegría en cada brindis.
Miren, si algo es cierto, es que tenemos el cuero duro… Así felpeados pero fuertes (y cansados) llegamos a enero. Tratando de relajarnos, esperando un año más benevolente, curándonos heridas, imaginando un nuevo día con esperanzas todavía. Como ocurre siempre en enero.
Entonces amigos, les deseamos un 2020 con más éxitos que fracasos (frase hecha pero certera) con salud y amor. Por nuestra parte felices porque nació Francesca, hijita de nuestro Cristian, y él está que no le cabe el corazón en el pecho. Así que brindamos por un año hermoso, bendecido de vida. Para todos nosotros.
Cecilia Andrada – Directora
