«En el lugar del Otro» Empatía y Discapacidad

La Empatía es una habilidad que nos permite entender y compartir los sentimientos de los otros, de las otras personas, como seres humanos. Es ponernos en el lugar del otro y mirar a través de sus propios ojos, para comprender mejor cómo se sienten, ser más respetuosos, comprensivos e inclusivos.

A través de la empatía podemos derribar el muro de los prejuicios, conectarnos con nuestro entorno todo, y dejar de lado actitudes hostiles, violentas, de rechazo que se presentan en diversos ámbitos sociales.

La Empatía es una acción necesaria ante la diversidad funcional, pero a la vez, tan poco llevada a cabo por nuestras sociedades.

En los zapatos del otro

Si es difícil ponerse en los “zapatos de otro», en el lugar del otro, resulta muchas veces imposible poder comprender, entender lo que sienten las personas con discapacidad. Existen muchos prejuicios sociales, ideologías determinadas por nuestra inserción sociocultural que permanece inconsciente para muchos de nosotros, y solo es posible detectarla, por el ojo entrenado, a través de los aspectos conscientes de la misma, observando las conductas cotidianas, del día a día, reiteradas, que se utilizan en el trato directo con las personas con discapacidad.  Conductas negativas hacia las personas con discapacidad, inconscientes algunas veces, pero muchas conscientes y activas. 

Ante todo: “no etiquetar”

Se suele agrupar a las personas, etiquetarlas, les asignamos características uniformes, al igual que hacemos con la totalidad de las realidades que nos rodean.

Uno de los grupos que etiquetamos es el de las personas con discapacidad, aunque no sepamos nada de un individuo, le aplicamos un conocimiento previo que disponemos de este grupo. El conocimiento previo que atribuimos a determinados grupos sociales, no son reales, ni positivos, son prejuiciosos; barreras sociales que se traducen en barreras personales, ya que las personas con discapacidad terminan creyendo que les han sido asignadas determinadas características y se autolimitan en su desarrollo personal y en su participación social. 

Discapacidad No es una enfermedad

El resultado de estos prejuicios es que se establece una fuerte sinonimia (relación de igualdad que hay entre el significado de dos o más palabras o enunciados): discapacidad=enfermedad, que entraña un enorme riesgo, pues pasa a comportarse como una profecía auto predictiva que termina por internalizarse aun en los destinatarios del prejuicio, es decir en las propias personas con discapacidad; y que obtura la plena inclusión de las personas. 

Otros prejuicios que hay que desterrar:

Discapacidad=Asexuados,

Discapacidad=siempre serán niños.

La discapacidad es una condición

Una discapacidad no es una enfermedad, en algunos casos quizás sí han sufrido algunas enfermedades que los han llevado a la situación actual, entonces la “discapacidad” es una condición.

Según la (OMS), la discapacidad forma parte de la condición humana, todos o casi todos sufriremos una discapacidad a lo largo de nuestras vidas, mientras esto tenga lugar, la sociedad suele no empatizar con las personas del entorno que tienen una discapacidad.

La Convención sobre los Derechos de Personas con discapacidad de las Naciones Unidas (2006), impulsaron todo lo relativo a la igualdad, la inclusión, accesibilidad, y sin embargo todavía nos encontramos con situaciones, personas, empresas, edificios, etc.; que no solo no consideran a las personas con discapacidad, sino que las nombran como imposibilitadas, incapaces, inválidas, etc.

Una inclusión plena será posible si se garantizan los derechos de todas las personas sin distinción, sin etiquetas, y se proporciona a las personas con discapacidad la garantía de la integración social, profesional, educacional, sanitaria, la autonomía, y su participación en la vida cotidiana de todas las comunidades, para una mejor calidad de vida eliminando las barreras de los prejuicios. 

Para finalizar tendremos que trabajar sobre los prejuicios, desmontándolos, y formar de esta manera más conciencia social, respetando a todas las personas con sus problemáticas, y es entonces que tendremos una sociedad donde reine la empatía, y los problemas dejarán de ser ajenos para asumirlos como propios.

Ser parte de la sociedad es un Derecho

Poder ser parte de la sociedad no es un privilegio, ni una oportunidad. Es un Derecho. Las personas con discapacidad forman parte de la diversidad, y debemos propulsar hacia un paradigma donde podamos todos tener un futuro más inclusivo, sin prejuicios, más empáticos, más coherentes, para comprender nuestra realidad como seres humanos.

Lic. Lidia B. Carnuccio
Equipo interdisciplinario Rebiogral

Centro de Rehabilitación Integral REBIOGRAL

Informes: 4981-0565/ 6604 / (15) 6999-4177

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