El Yacón (Smallanthus sonchifolius) es una planta originaria de los Andes, específicamente un tubérculo. Es cultivado en países como Perú, Bolivia y Ecuador. Su raíz, de sabor dulce frutado, y textura crujiente, ha sido utilizada habitualmente por las comunidades andinas como un alimento versátil y nutritivo. En los últimos años, la ciencia ha comenzado a explorar las propiedades saludables del yacón, destacando su potencial en la regulación de la diabetes. Función para la que ya era conocida esta planta ancestralmente.
Uno de los compuestos más interesantes del Yacón es el fructooligosacárido (FOS), un tipo de fibra soluble que actúa como prebiótico. Este compuesto no solo proporciona un sabor dulce natural sin elevar los niveles de glucosa en sangre, sino que también contribuye a la salud intestinal al fomentar el crecimiento de bacterias beneficiosas. Varios estudios han demostrado que el consumo de yacón puede ayudar a reducir los niveles de glucosa en ayunas y mejorar la sensibilidad a la insulina en personas.
En Argentina, especialmente en el noroeste donde es más popular, el yacón se consume de diversas maneras. Tradicionalmente, se come crudo, en ensaladas, o se puede hacer jugo, que resalta su sabor dulce. También se utiliza en la elaboración de mermeladas y en polvo, ideal para endulzar bebidas y postres sin añadir azúcares refinados. Su versatilidad en la cocina lo convierte en una opción atractiva para aquellos que buscan alternativas saludables.
En cuanto a su disponibilidad en otras zonas del país, el yacón ya se encuentra en diversas formas en las dietéticas y tiendas de productos naturales, se consumir en forma de jarabes, o como polvo deshidratado, y marcas muy importantes ya lo comercializan en capsulas.
La incorporación del yacón en la dieta no solo beneficia a las personas con diabetes, el yacón es bajo en calorías y rico en antioxidantes, lo que contribuye a una alimentación equilibrada y saludable.
No olvidar: el tratamiento de la diabetes requiere atención médica especializada, siempre.
