Las personas creamos lo que imaginamos. Visualizar es igual que imaginar. Cuando pensamos construimos una imagen mental a la que le estamos dando forma en otra dimensión: aquélla donde se expresa el pensamiento luego esa creación se hace realidad en el mundo físico. Por eso es cierto que atraemos aquello en lo que pensamos, o aquello en lo que fijamos nuestra atención. De ahí la gran importancia que tiene el no «prestar» nuestra atención a situaciones (pueden ser películas o diálogos) de violencia, o que entristecen, o deprimen.
El cerebro es el órgano físico de la mente, su instrumento, y a medida que comprendemos su funcionamiento y lo utilizamos para mejorarnos, nos conectamos con niveles superiores del pensamiento y comprendemos más, nos liberamos. Una manera de mejorar nuestro estado de ánimo es cuidar el nivel de los pensamientos.
…y el poder de la palabra
«Las palabras no son más que fórmulas que sirven para fijar la voluntad», Nos fue dada una capacidad creadora al hablar, También por medio de la palabra (lo que sale de nosotros, según la Biblia) y sus vibraciones, podemos mejorar la calidad de nuestra vida. Si asumimos la responsabilidad de cuidar lo que decimos, respetando y respetándonos, nos reconoceremos como depositarios de un inmenso poder, el que mediante el esfuerzo personal se acrecentará cada día.