Dieta biológica para combatir la obesidad

Debemos entender que la obesidad es una enfermedad que se genera a partir de la alteración del metabolismo alimentario y que obedece a múltiples causas. Consiste en un aumento anormal de las grasas de reserva o del propio tejido adiposo, ocasionando problemas físicos y psíquicos progresivos.

A nivel general, las casusas de la obesidad son:Alteración del metabolismo de los hidratos de carbono. Desequilibrios hormonales glandulares. Malos hábitos alimenticios. Excesiva secreción de insulina. Alteración en la regulación de los centros nerviosos de la saciedad y del apetito. Trastorno emocional profundo.

Predisposición genética y familiar.

Por estos motivos es importante una dieta que regule el metabolismo de los hidratos y la secreción de insulina, los hábitos alimentarios y la coordinación entre el hambre y la saciedad.

La ingesta de carbohidratos, especialmente en el obeso, calma el apetito en forma breve, produciendo un aumento del nivel de éstos en sangre (hiperglucemia) pero de corta duración, provocando la excesiva secreción de insulina. Esta hormona produce, a partir de los hidratos de carbono, grasas reservas y disminuye al mismo tiempo el nivel de azúcar en sangre por debajo de la normal (hipoglucemia). Esta situación provocará al poco tiempo desde su última comida nuevamente hambre, llevando a un penoso círculo vicioso que se cierra generalmente ingiriendo nuevos carbohidratos (porque tienen mayor volumen, llenan más, son más económicos, fáciles de preparar o están a mano).

La dieta biológica consiste en un plan alimentario hipohidrocarbonado, efectuándose controles metabólicos de orina cada semana para visualizar la movilización de grasa.

En cada consulta se controla el ph salival para poder mantener un equilibrio ácido básico. El paciente de esta forma aprende a incorporar alimentos con bajo índice glucémico, lo cual le permite no sólo descender de peso sino, a su vez, regular su insulina y su serotonina plasmática.

Los efectos y fines de esta dieta son: Reducir peso y medidas. Regular la secreción de insulina. Estabilizar el nivel de hidratos de carbono en sangre

La finalidad: Buena apariencia estética y libertad de acción. Corrección metabólica de los hidratos de carbono.

Buen trabajo nervioso y muscular y falta de hambre.

El propósito fundamental es saber cuántos carbohidratos son tolerados por día por cada persona, y educar su alimentación de acuerdo a ello, y de esta manera evitar que se cometan errores dietéticos que alteren el buen estado orgánico conseguido al dejarlo.

La evolución de cada persona será la adecuada para mantener la salud de su organismo, pues éste es el que fijará el ritmo de la misma. Es importante destacar que todos los programas de adelgazamiento deben ser reforzados con antioxidantes, magnesio y vitamina C para evitar descompensaciones orgánicas y pérdida de minerales<

Dr. Norberto Russo
info@nrusso.com.ar

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