Descubrimientos científicos: que cambiaron el mundo

En la historia de los descubrimientos científicos, muchos de los grandes investigadores eran también buenos observadores y no estaban necesariamente especializados en lo que iban a descubrir, así, como ejemplo, el creador de la química orgánica (los enlaces covalentes del carbono) fue el químico alemán August Kekulé (1829-1896) que en un sueño se le mostró una víbora mordiéndose la cola. Esta imagen la trasladó a la unión de los carbonos y esto dio origen a la química orgánica. Con esta perspectiva otros investigadores llegaron a resultados fabulosos; desde los hidrocarburos hasta el material plástico (devenido del gas natural como materia prima).

Algo similar ocurrió con el descubrimiento de las ondas de radio: Tesla y Herz iniciaron una investigación con la sola idea de la “comunicación con los muertos” pero el matemático y científico Maxwell les dio forma a lo que ellos investigaron con ecuaciones matemáticas. Hasta que Marconi tomó la posta e hizo las primeras transmisiones de radio junto a Morse, que había inventado el telégrafo. Las primeras pruebas se utilizaron en el Titanic para el pedido de auxilio.

Madame Curie, descubrió el Radio (la radioactividad que emanaba de un trozo de uranio) con un rudimentario sistema de elementos en su primer laboratorio; la mesa de la cocina de su casa, basándose en el invento de Wilhelm Röntgen (1845/1923) las radiaciones invisibles que eran capaces de velar placas fotográficas protegidas dentro de cajas de madera. Hasta ese momento las llamaron “rayos catódicos”, luego “rayos X” y finalmente radioactividad.

Albert Einstein, (1879-1955) autor de las teorías de la relatividad, basó su tesis de la investigación suponiendo que la luz tenía masa, o sea que era una partícula a la que llamó fotón, pero había un gran desafío; como comprobarlo. Para demostrarlo se basó en un eclipse de sol: Si la luz no tuviera masa, el diámetro de sombra sobre la tierra tendría la medida de una proyección geométrica fácil de calcular. Pero si la luz fuera una partícula, entonces por tener masa, sería atraída y desviada por el campo gravitatorio de la luna, dando una proyección circular sobre la tierra de menor diámetro al geométrico. Con el instrumental adecuado para tal medición logró con éxito probar su teoría. Esto desencadenó una serie de razonamientos, entre ellos, los de la relatividad. La fórmula E= mC2 (energía= masa x velocidad de la luz al cuadrado), referida a la energía que se desprende de una desintegración atómica, es decir; la masa que desaparece para transformarse en energía, dio nacimiento a la teoría de los “cuantos” e inicio de la bomba atómica. A esta fórmula, enunciada por Einstein, nunca se pudo determinar de dónde la sacó, muchos suponen que la soñó, pero es asombrosamente exacta.

Samuel Hahnemann (1755-1843) médico alemán, fundador de la Homeopatía, en su libro: El Organon de la Medicina (Editado en 1810), afirmó que:

1) “La elevada misión del médico, su única misión, es la de restituir al enfermo su salud, lo que se denomina: curar”.

2) “La curación ideal consiste en restituir la salud de manera rápida, suave y permanente, o sea, en extirpar y aniquilar la enfermedad en toda su extensión por el camino más breve, seguro e inofensivo, en base a principios fácilmente comprensibles”.

Su teoría se basó en un postulado del médico griego Hipócrates (450 A C) que dijo: “No pretendas curar el cuerpo sin antes curar el alma”. También el médico suizo renacentista Paracelso (1493-1541 padre de la moderna farmacopea) quien afirmaba la existencia de una substancia inmaterial o alma de la materia física, y que mediante procedimientos alquimistas era posible separar. En esa época, a los que abogaban ese pensamiento se los llamó “vitalistas”. En realidad, adelantado a su época, había descubierto un nuevo campo de investigación: “La vibriónica”, medicamentos que contienen solo agua pero que han recibido mediante un aparato especial la vibración necesaria y específica para curar una afección (ver vibrionica Sai Ram en Google). A este método se lo llama “Curación cuántica” y tiene mucho que ver con la física cuántica en la energía atómica (Todo en el Universo es vibración, la materia no existe como tal, es solo vibración). Más adelante se pudo “ver” mediante la cámara Kirlian, la energía o aura de los remedios homeopáticos.

Hacer visible lo invisible: en 1937 el matrimonio Kirlian (Valentina y Semyon), en Armenia, descubren la forma de “ver” el aura de plantas y organismos biológicos incluyendo al hombre, también lograr fotografiar algo inmaterial como son las emociones. Esto es comunicado a la universidad de Alma-Ata (USR)  y a partir de allí comienza una investigación de gente prestigiosa: MD: V. Adamenko. Univ. Maimonides, Univ. Standford, Univ UCLA of California, etc. La fotografía Kirlian recorrió el mundo y en el año 1973, en plena guerra fría, dio origen a una investigación conjunta en EEUU de las más prestigiosas Universidades del mundo; plasmando un libro “The Kirlian Aura”, memoria de lo expuesto en ese Simposio Internacional. De ese libro se hizo solo una única edición.

El efecto Kirlian ocurre entre la emulsión fotográfica y el objeto a fotografiar, mediante una descarga eléctrica de alta tensión se genera una emisión fría de electrones que hace visible el campo energético invisible de los organismos vivos. En el caso de los seres humanos, se fotografía la energía yin y yang de los meridianos acupunturales en la yema de los dedos.   

La investigación se centró en personas con el “don” de curar con las manos, dando asombrosos resultados; aparecían manchas extrañas cerca de los dedos de los sanadores apoyados en la película fotográfica. La UCLA editó el libro “La posibilidad de lo imposible” referente a investigaciones de la Dra. Thelma Moss, sobre estas manchas mostradas en lugares donde no hay nada físico, fueron atribuidas a “proyecciones mentales” de energía.

Las manchas aparecían y desaparecían caprichosamente de los film fotográficos y como no se pudo determinar un patrón la investigación se frustró y se abandonó, para finalmente declararla Top Secret en los EEUU. Los rusos continuaron con la investigación, pero a puertas cerradas.

En Argentina tres investigadores pioneros continuaron con el trabajo: El Prof. Alfredo Tramonte y luego el Prof. Daniel Navallas con su libro “Fotos Kirlian y aura humana”, fotos Kirlian en color. También la Lic. Norma Tagle y su libro: “Kirlian, el diagnóstico preventivo de su salud” (Kier). Y en Brasil el Prof. Newton Milhomens.

El Prof. Tramonte investigó casos psiquiátricos en el Hospital Hipólito Vieytes, mostrando los resultados obtenidos en una conferencia en el anfiteatro del Htal. Argerich de La Boca. En esa ocasión proyectó con slides fotos Kirlian en blanco y negro de las manos de pacientes internados. Fue notorio ver una doble aura en los dedos (manchas) Tramonte dijo “que no estaban locos sino poseídos”. Esta afirmación en público le costó el abucheo de médicos, psicólogos y psiquiatras del nosocomio.

Mi padre, el Dr. Mario A. Marino, en una investigación conjunta, pudo registrar esas extrañas manchas o formaciones energéticas (año 1986) fuera del campo de los dedos y comprobar que desaparecían después de efectuar imposición de manos (hoy día Reiki) en las personas que las tenían. (Existe también una vara llamada “tridente de Paracelso”, que se pasa escasos centímetros del cuerpo de una persona afectada por una dolencia de etiología desconocida, se fotografía el antes y el después. Al aparecer una mejoría de los síntomas, se repetía la foto Kirlian comprobando que ya no estaban más esas misteriosas manchas).  Para los investigadores rusos son MAΦNOKA  y significa: “Bioprogramas psicogenéticos capaces de alterar los principales programas de la vida humana”. Muy similar a los virus de las computadoras digitales. Los rusos lo interpretaron como un huésped o “parásito de la conciencia” por actuar sobre la conducta humana cambiando el modo de pensar de su anfitrión. Estos “parásitos invisibles” son autónomos y están dotados de inteligencia. Los investigadores argentinos como Norma Tagle las llamaron “Larvas astrales”, porque existen en un plano invisible y son de naturaleza desconocida, otros como Robert Monroe y Samuel Sagan, los llaman EAP (Entes Astrales Parasitarios).

Conclusión: Lamentablemente es muy escasa la difusión de este descubrimiento, ya que como entra en el campo de la parapsicología, se diluye la posibilidad de ser materia de estudio en alguna Universidad. Para colmo de males la única forma fehaciente de testimoniar la existencia de estas “larvas etéricas” es mediante la fotografía Kirlian, que paulatinamente se está dejando de usar por la carencia de rollos fotográficos (hoy día la fotografía es digital, no siendo necesarios los film ni tampoco el proceso de revelado).

Aceptar esto como un hallazgo científico significa abrir una puerta a fantásticas investigaciones sobre la conducta humana y la sanación a distancia… (Hay personas que lo hacen con solo el nombre y la fecha de nacimiento del afectado como Benjamin Bibb, Joseph Weel, Eduardo Lambertt*). Sería como entrar en otra era del saber humano. No dejemos que este tesoro desaparezca en una conspiración de silencio.
Es Creer o Reventar.

Guillermo Marino Cramer
Autor del libro:
“Crónica de un viaje a lo desconocido”
Email: skyjetar@gmail.com
Buscame en google!

*Al Lic. Eduardo Lambertt se lo puede contactar al TE: 011 4686 6272 CABA y en el anexo de la feria de Mataderos Raíces y Tradiciones- Días domingos, Puesto 15 de la “plaza seca”.

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