2da parte
Desde la década del 50, tomó impulso en la industria el concepto de obsolescencia programada, el cual ya se venía aplicando desde principios del siglo pasado con las lamparillas eléctricas cuando las empresas que las fabricaban se pusieron de acuerdo para disminuir su vida útil. De a poco los industriales lo fueron aplicando a diversos productos. Se denomina así a los procedimientos que usan los fabricantes para que los productos se vuelvan inservibles u obsoletos una vez transcurrido un período de tiempo determinado. El objetivo es generar mayores ingresos debido a compras más frecuentes. Posiblemente les habrá pasado comprar un electrodoméstico y que “casualmente” dejara de funcionar poco tiempo después de expirada la garantía.
Hay diversas clases de obsolescencia programada o maneras de instrumentarlas, y la manera más simple de hacerlo en medicamentos y alimentos es reducir la fecha de caducidad, dando la idea que el producto ya no sirve o es peligrosa su ingestión cuando aún son perfectamente utilizables o incluso mantienen intactas todas sus propiedades, sin ningún riesgo para la salud, más allá del riesgo intrínseco que todo medicamento posee. Hasta hace algunas décadas muchos medicamentos no indicaban la fecha de vencimiento.
En 1979 la FDA en los Estados Unidos obligó a los laboratorios a indicar una fecha en el envase. Cualquiera podría pensar que esto es la acción de una agencia regulatoria obligando a los laboratorios a trabajar correctamente en pos de la salud pública, pero ampliando la visión queda claro que el principal beneficiario de esto son los laboratorios, a ellos no les conviene que los medicamentos estén muchos años almacenados en los estantes de las farmacias o en el botiquín de los usuarios, así logran mayor rotación y en definitiva mayores ventas. Así que no sería descabellado pensar que esto que parece una regulación a los laboratorios haya sido hecho de común acuerdo para beneficiar a los elaboradores, pero disfrazado de una protección a la salud pública. Cuando se estudian las políticas de medicamentos es fácil darse cuenta de que, en muchos países, los entes reguladores a menudo priorizan defender el interés de los laboratorios en detrimento de la salud de la población.
¿Pero entonces, se puede o no se puede usar un medicamento que esté vencido?
En realidad, para cada producto de manera individual no lo sabemos, ya que cuando un laboratorio indica una fecha de vencimiento en realidad ha hecho estudios de estabilidad que le permite asegurar la eficacia del producto hasta esa fecha, pero no han estudiado qué ocurre luego de esa fecha. O sea que, el producto bien podría funcionar mucho tiempo después de la fecha indicada en el envase. Hay muy pocos estudios que hayan analizado qué sucede con la estabilidad de medicamentos a largo plazo, pero la mayoría de ellos reafirman la idea de que muchos medicamentos mantienen su efectividad superada la fecha de caducidad; entre ellos hay un estudio muy grande realizado por el ejército de los Estados Unidos. Los militares habían acumulado 1000 millones de dólares en medicamentos caducados y debían destruirlos y reemplazarlos todos en un período de 2-3 años, pero antes de empezar con el proceso decidieron hacer pruebas para ver si extendían el plazo durante el cual podían seguir utilizando sus medicamentos. La FDA realizó pruebas de potencia a más de 100 de estos medicamentos, los resultados demostraron que el 90 % eran efectivos y seguros hasta 15 años después de haber caducado. De todas maneras, llevar esto a un consejo práctico no es sencillo. En farmacología hay que tratar de eliminar cualquier duda siempre que sea posible, entonces desde ese punto de vista debería decir que ante la duda si un medicamento está apto o no, lo aconsejable es NO usarlo, pero podemos hilar más fino y decir, si tu vida depende de un medicamento no uses un medicamento vencido, por ejemplo, si eres diabético insulinodependiente descarta una insulina vencida, pero si te despiertas a las 3 de la mañana con un dolor de muelas y tienes un analgésico vencido pero que estuvo adecuadamente guardado y está en su envase original intacto, yo lo usaría, aunque hayan pasado varios años desde su fecha de vencimiento. Prefiero expresarlo así en primera persona para que se entienda que esto es lo que YO haría, pero no debe tomarse como un consejo para un paciente individual ante una situación particular, el manejo de medicamentos es un tema complejo desde todo punto de vista, aunque las publicidades de los laboratorios nos quieran hacer creer que los medicamentos de venta libre son seguros y que su uso no implica ningún riesgo. Nos insten a “empastillarnos” y seguir a todo ritmo, en vez de parar cuando no te sentís bien, o que hagan apología de la automedicación, o de la recomendación no profesional (así vemos humoristas, cocineros, actores o conductores dando consejos al respecto) mientras los entes reguladores de salud y seguridad miran para otro lado y algunas asociaciones médicas avalan dichos avisos en vez de velar por una atención médica de calidad.
Continuará…
Por Dr. Fabián H. Lavalle
Farmacéutico M.N. 11060
Bioquímico M.N. 7208
https://drfabianlavalle.blogspot.com/
www.saturnargentina.com.ar