Creatividad y Aburrimiento

La naturaleza trazó con tinta invisible en nuestro cuerpo una premonición saludable que cada uno puede o no leer. Nos ha dotado de una luz interior con la cual alumbrar o no las señales que nos va dando la vida para encontrar la espontaneidad y la expresión más genuina de sí. Cuando crecemos esta savia interior va cobrando nitidez o se hace más brumosa. Intentar llegar a ese “claro” que todas y todos tenemos dentro, nos conduce a una especie de magia que parece tener mente propia y que no requiere esfuerzo. A esto llamo: espontaneidad. Es un modo de expresarse sin restricciones o inhibiciones. La espontaneidad es un mecanismo que va de la mano de la autoconfianza, de arriesgarse a ser uno o una misma y, además una manera de vivir el propio arte todos los días. Es decir, da lugar a la propia expresión sin ataduras.
Hace unos meses me reuní con dos mujeres creativas y formamos “Ramé”, significa “algo caótico y hermoso a la vez” en balinés. Somos un equipo de trabajo que organizamos talleres para experimentar maneras de hacer cuerpo la creatividad con recursos que tenemos a mano todos los días. Ofrecemos un espacio para que la gente viva una experiencia corporal en conexión con su propio arte. Se trata de propuestas que hacen soltar la espontaneidad, la paleta de colores emocionales asociados a imágenes y sentimientos producto de ese entramado entre el movimiento corporal y la expresión artística. La intención es ofrecer herramientas para encontrar en lo cotidiano un mundo diferente, como si nos conectáramos con lo conocido por primera vez. De hecho, invitamos a explorar el arte desde la ingenuidad infantil en la adultez. Y así, en ese recorrido, disminuir la rueda monótona de la “maquinaria mental”. El aburrimiento tiene su raíz allí y amuralla toda la capacidad creativa de vivir desde el asombro, el que sale fácil y placentero, seguro y poderoso. Lo espontáneo puede convertirse en devenir y el devenir implica entregarse al color, a la forma, a la textura que aparece sin expectativas. En cambio, si nos sujetamos a aquello que forzamos para no decepcionar a nadie, nos vamos aferrando a perspectivas externas y nos perdemos de encontrar la savia esencial, la que nos da el sello distintivo como seres únicos e irrepetibles.  Alguien me dijo una vez: 

“Mientras intento convencerme de que esa soy yo hay otra singularidad que va ganando espacio adentro. Siento mi voz. Surge un tono diferente, más grave. Al tomar contacto con mi pecho lo percibo con cierta extrañeza. Entre la expresión aguda que a diario suena y la integridad de esta voz, se interponen caprichosos dictámenes que no logro extinguir. Sin embargo, tengo la intuición de que algo inminente se asoma. La voz ocupa otro lugar. Mi boca se suelta y tengo ganas de reírme con risa de pura satisfacción, como si el titilo de un súbito descubrimiento me devolviese algo que en otros tiempos suponía haber perdido” 
El primer sábado de octubre realizaremos un taller con el grupo “Ramé: cuerpo y movimiento” en Olivos. Más información en @ramecuerpoyarte

Por Alejandra Brener
Terapeuta corporal bioenergetista
alejandrabrener@gmail.com
Facebook Alejandra Brener Bioenergética
Instagram: @espacioatierra

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