Llegó diciembre y con él, uno de los meses más ajetreados del año y cargados de una sensibilidad tan especial como estresante porque la combinación de balances personales y laborales puede aumentar la ansiedad, representando para muchos un verdadero desafío para seguir con el tratamiento para adelgazar. La presencia de comida, los festejos, las despedidas son fuentes de tentaciones que favorecen el sobrepeso y la obesidad.
En una situación que se repite año tras año el resultado parece obvio si se deja llevar por las emociones, afloja los controles y piensa: “este mes me tomo vacaciones y empiezo de vuelta en enero”.
En cambio otras personas se hacen promesas diciendo:
“En estas fiestas voy a… mantenerme, adelgazar, cuidar mi peso, evitar las tentaciones, comer menos, beber menos…”
¿Se identifica con estas afirmaciones?
Parece una lista de buenas intenciones, deseo de Navidad, promesas de fin de año. Aunque sin dudas son honestas estas frases que se dicen a sí mismos y planean no tirar por la borda el esfuerzo del año, lo cierto es que apoyarse únicamente en promesas, sin usar estrategias no es efectivo.
Nuestro cerebro tiene un sistema frío-caliente. Las emociones calientan su mente con señales inmediatas de gratificación («rápido y ya») y la reflexión lo enfría emitiendo señales que enlentecen (“cuidado”, “después”, “más tarde”)
Disponemos de ambos sistemas en simultáneo, y tendrá mayor autocontrol quien puede detenerse un segundo antes de tomar la decisión que lo ayude a seguir con su meta de adelgazar.
Algunas formas de ejercitar este sistema son:
1.- Planifique las reuniones preferentemente con quienes realmente se sienta bien, esto ayuda a tomar decisiones más saludables. Dejarlo al azar, tiene los ingredientes justos para conducirlo al exceso y puede representar un aumento entre 3 a 5 kilos.
2.-Tenga en claro que en estas celebraciones puede elegir comer cuidando las porciones, comer despacio le ayudará a comer menos.
3.- Prefiera bebidas sin alcohol y sin azúcar, y reserve las bebidas alcohólicas para el brindis.
4.- Recuerde que cuando crece la ansiedad por la situación puede empeorar y la conclusión probable es que sienta que no puede controlarse.
5.- Si piensa que “no puede”, “es imposible en diciembre” lo más probable es que no encuentre la solución. Salga de ese tipo de pensamientos nocivos y automáticos que dificultan la acción y tienen el poder de servir de excusas para permitirse el descontrol.
6.- Revise su motivación, cuando existe una razón fuerte para el autocontrol este es más efectivo. Al pensar en sus objetivos evalúe cuidadosamente qué ventajas o beneficios obtendrá a cambio.
7.- No se ponga a prueba, si sabe que alguna comida lo tienta, no se exponga. ¿De qué le sirve sentarse frente a la bandeja o mirar el plato en forma desafiante? Sólo aumentará la sensación de ansiedad. Si sabe que no puede manejarse, aléjese de la mesa.
8.-Cuente hasta 10 y respire profundo, servirse en un plato más chico, beber abundante líquido sin alcohol, bailar… todo puede ayudar a que la tentación disminuya y le permita pensar de una manera racional y, por lo tanto podrá elegir qué comer y beber.
9.- Busque otros placeres que reemplacen a la comida, y no entregue sus mejores intenciones a la mesa dulce, los tragos y la comida engordante de las fiestas de fin de año.
10.- Actúe con flexibilidad, para darse los gustos moderadamente, sin caer en la permisividad de hacerlos todo el tiempo y sin límites. Conviértase en protagonista, disfrute de las fiestas con sentido común. Y Felices Fiestas!!!!
Es importante hacer un balance entre quienes practican estas estrategias y desarrollan el autocontrol, ya que son capaces de regular sus deseos, emociones y conductas con el fin de obtener la recompensa de seguir adelgazando en diciembre. Puede mantenerse conciente de su meta por encima del placer inmediato como puede ser la celebración de las fiestas, que después de todo, se repiten anualmente.
La sobriedad es la mejor actitud hacia un cambio de vida, porque deja de lado el pensamiento dietético (ese que se dice a sí mismo al expresar “cuando me pongo, me pongo”… y luego no se pone nada) y poner en práctica, en forma inteligente y planificada, la flexibilidad en diciembre entendida como la capacidad de acomodarse a las variaciones según las circunstancias.
Parte de la flexibilidad en diciembre consiste en aceptar que habrá más oportunidades de salirse del plan. Aceptando esto podrá delinear los pasos a dar, si quiere mantenerse en el camino de la conquista de un peso sano.
Para estas Fiestas celebre la oportunidad de elegir teniendo presente que su éxito tendrá la medida justa de su esfuerzo. Es decir, no dependerá de la casualidad, de Dios, de quienes lo rodean ni del destino sino que será el resultado de la manera de pensar y actuar.
La clave para organizar el mejor tránsito hacia el nuevo año es aprovechar cada oportunidad para vivir más y mejor.
¡FELICES FIESTAS!
Prof. Dra. Edith Barinaga
www.fundacionalco.org