Mi papá cuando se puso más grande y pasó los setenta me dijo “llegar hasta acá sano ya es un logro”. Entendí inmediatamente su reflexión. Aunque uno viva en el eterno presente no puede olvidar lo que lo trajo hasta aquí.
En años periódico, 33 es una enormidad. Y sin embargo, seguimos sintiéndonos siempre nuevos, siempre con ese movimiento en el pecho nos empuja a ir para adelante…o perecer. Así de extremo. No es muy espiritual la sensación, lo sé. Porque la calma, la fluidez, el equilibrio, sería lo evolucionado. Pero esa inquietud en el pecho es quizás lo que nos mantiene despiertos todos estos años, mes a mes.
¿O será que nos tocó hacer Convivir en Argentina, y eso ya es un ítem nuevo en el universo. ¿Tendría aceptación en otros lares? Bueno, lectores de España, Latinoamérica e incluso de otras lenguas nos han enviado sus felicitaciones, comentarios y apoyo. Pero creo que el ser argentino nos mantiene en estado de alerta.
Recuerdo un documental que comparaba animales de una misma especie en distintos entornos: unos vivían en el desierto y los otros en el oasis. En el oasis se comportaban tan “holgazanamente”, estaban tan aburridos, que cuando mostraban a sus hermanos del desierto juguetones, atentos, vibrantes, no dudabas en donde preferirías vivir. Loco, ¿No? ¿Elegir vivir a los saltos?
Mirando hacia atrás, entendemos la vigencia de nuestro mensaje. No es fácil nuestra propuesta, pero se vuelve cada vez más necesaria. En un principio fuimos innovadores; hoy somos resistentes. El discurso exterior empeora, sí, pero la necesidad interna es clara. Estar informados con fuentes verídicas y bien intencionadas es clave para no caer en el adormecimiento o la desesperación. Antes hablábamos de estar despiertos; ahora quizás solo busquemos no estar confundidos.
Feliz cumpleaños a nosotros, en los míticos 33. Gracias por acompañarnos en esta cruzada, queridos lectores, anunciantes y columnistas.
Cecilia Andrada – Directora