Una evolución creativa de los impactos

A veces descansamos en la necesidad de predecirlo todo, en las causas que siempre producen el mismo efecto. Sin embargo, puede suceder que la misteriosa lógica de lo imprevisto, desmorone lo previsible.  Hoy ha dejado de ser una novedad que el cuerpo es capaz de guardar muy profundo el efecto de un impacto y que éste puede generar una dolencia o síntoma relevante mucho tiempo después de recibirlo. Sin embargo, lo más complejo de este fenómeno, es hacer consciente todo el recorrido desde que se produce la sorpresa hasta que el organismo o la psiquis grita a viva voz.

Lo cierto es que los topetazos repentinos afectan a niveles muy variados, desde la generación de traumas hasta perturbaciones más o menos leves. En la terapia corporal se intenta navegar por ciertas secuencias de impactos a partir de la llegada del síntoma corporal, es decir, se investiga la historia de alguna dolencia, enfermedad, accidente, realidad vincular, haciendo foco en los procesos que las determinaron.  La clave es ir explorando las similitudes y diferencias entre el impacto reciente y los anteriores y así bucear por los entornos, las vivencias, los modos de habitar esas sacudidas, para revisar si hubo cambios o reproducciones de conductas que volvieron a producir sorpresas. El primer recaudo que tengo es no aplicar parámetros de lógica analítica sino dejar aparecer esos momentos a través de visualizaciones que despierten recuerdos. Cuando el cuerpo somatiza algo, además de respirar y preguntarle a la persona qué siente, uso herramientas artísticas para evitar racionalizaciones. La música es mi recurso favorito y me gusta mucho elegir los temas propios para cada situación abordada. De esta manera creando un marco de protección y cuidado se aborda la transformación y creencias limitantes tratando de orientar la disposición hacia la comprensión. Luego se los atraviesa con dulzura y sin auto recriminaciones y finalmente se busca reparar las heridas. El uso de elementos simbólicos, músicas, sonidos, imágenes, danzas, colores, despiertan sensaciones y, si se profundiza en aquellas zonas corporales donde se alojan, es posible que la apertura sentimental aparezca. La descarga emocional más su correspondiente análisis deja información que llega a cada célula, a cada órgano y, en definitiva, a todo el cuerpo. Sumado a esto se abren circuitos expresivos, que, en oportunidades despiertan vertientes artísticas. Algunos comienzan a utilizar el dibujo, la escritura, la danza como recurso sanador y manifestación de una singular creatividad, en otros se despliega la parte más intuitiva y mágica y, con todos estos recursos, se abordan los conflictos emocionales. El recorrido entonces se traduce en conciencia del impacto, exploración, apertura emocional y análisis lógico de todos los hechos. Apreciar esos fenómenos desde una mirada retrospectiva para advertir una evolución creativa de los impactos es una tarea muy hermosa de vivir y acompañar. Aquí les dejo planteado un recurso para iniciar un nuevo viaje hacia las voces del cuerpo.

Alejandra Brener 
Terapeuta corporal bioenergetista
espacioatierra@gmail.com
/Espacio a tierra   @espacioatierra

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