Durante la menopausia, la cantidad de estrógenos disminuye en el organismo y se producen síntomas típicos como los sofocos, insomnio, sudor por las noches, sequedad vaginal, dolores articulares, fatiga y molestias intestinales. La mujer nota un deterioro psico físico progresivo, que por lo general agravan sus síntomas menopáusicos. Las Isoflavonas son Fito estrógenos que se encuentran en una variedad de plantas, incluyendo frutas y vegetales, aunque es en el poroto de soja donde se encuentran las más altas concentraciones.
Las isoflavonas, por su estructura química, actúan como un reemplazo natural de los estrógenos, desempeñando su mismo papel y supliéndolos pero con menor intensidad (rango 1/1000). Por este motivo, ayudan a aliviar y paliar los efectos que se producen durante el síndrome climatérico, resultando una alternativa natural para las manifestaciones clínicas de la menopausia, aunque sin los inconvenientes de los tratamientos tradicionales con estrógenos. Las isoflavonas hacen menos severas las secuelas de la postmenopausia.
“Estudios demuestran que una dieta rica en Isoflavonas reduce un 45% los síntomas posmenopáusicos al superar las 12 semanas de consumo continuo.”
Otra de las consecuencias de la menopausia es la pérdida de calcio de los huesos debido a la reducción del nivel de estrógenos en sangre. Por su efecto estrogénico, las dietas ricas en Isoflavonas de soja previenen la descalcificación, logrando así aumentar la resistencia de los huesos, previniendo la osteoporosis.
Estudios epidemiológicos revelan que poblaciones que consumen diariamente soja o sus derivados presentan menor incidencia de enfermedades cancerígenas de mama y endometrio; por lo que es aconsejable su consumo junto con una vida saludable, con una alimentación fresca y natural, con baja cantidad de grasa animal.
Fuente: Prof. Dr. Carlos Alfredo Panzeri
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