La naturaleza nos ofrece una variedad incansable de opciones preciadas y muy beneficiosas para nuestro organismo. En esta ocasión, vamos a referirnos a la quínoa y al amaranto, grandes alimentos que pueden suplantar a alimentos carnívoros, tanto para personas que deciden alimentarse sin carne como para quienes quieren incorporar otras alternativas.
La quinua, es un grano del que se utilizan sus semillas comestibles. Aunque es pseudo-cereal, se prepara y consume de la misma manera que un cereal.
En Sudamérica fue consumida durante miles de años y no sólo es una opción para personas veganas y vegetarianas, sino para personas con celiaquía ya que no contiene gluten. Además, no se modifica genéticamente y usualmente se la cultiva orgánicamente. Tiene un nivel de fibra muy elevado y contiene potentes antioxidantes vegetales que proporcionan enormes beneficios para la salud. Y si se la compara con alimentos vegetales, la quinua contiene una alta proporción de proteínas y todos los aminoácidos esenciales que el cuerpo humano necesita. Si bien su índice glucémico es bajo, su contenido de carbohidratos es alto.
El amaranto fue considerado el mejor alimento vegetal para consumo humano.
Proviene de una planta que puede alcanzar los 3 metros de altura y según el ambiente y la región en que se produzca difieren sus características.
El alimento principal es la semilla que se aloja en las pequeñas florcitas de la planta, y de ella se obtienen cereales, harinas, dulces, etc.
Junto a la quinua, también el amaranto era uno de los principales alimentos de América y con la llegada de la corona española, su cultivo fue casi eliminado por las implicancias religiosas y el significado de autosuficiencia que tenía para los pueblos originarios. Por eso las plantaciones fueron quemadas y consideradas “alimentos para salvajes”.
Es una de las fuentes principales de proteínas, superando a los cereales; es fuente de minerales y vitaminas naturales; contiene ácido fólico, hierro, calcio, niacina y fósforo y aminoácidos.
Su acción es beneficiosa para controlar la diarrea, para la prevención del cáncer de colon, para prevenir y ayudar en el control de la osteoporosis, la diabetes, la obesidad, la hipertensión arterial, el estreñimiento, la diverticulosis, la insuficiencia renal, hepática y otras. Además, por su alto contenido energético, se recomienda para pacientes con requerimientos calóricos elevados.
Ambos granos son de cocción rápida y tiene un sabor agradable y suave y con una textura crocante. Si se los tuesta ligeramente se benefician pero en el caso del amaranto debe tenerse mucho cuidado ya que explota y se convierte en grano inflado. Esta forma es una de las más populares en Centroamérica.
Entonces, para cocinarlas se debe lavar, tostar ligeramente, colocarle el doble de la cantidad de agua y dejarla cocinar durante 15 minutos a fuego lento sin agregarle sal en la cocción. Cuando se cocinan, en general, triplican su volumen y pueden usarse para rellenos, budines, tartas, ensaladas, sopas, pizzas, croquetas, tortillas y más.
Y cuando empieces a utilizarlas en tus dietas, vas a ver lo rica y nutritivas que son. No por nada son considerados los alimentos del futuro, por ser capaces de sustituir las proteínas de origen animal y proporcionar compuestos bioactivos.
Ahora bien, ¿es verdad que no se cultivan en la Argentina? ¿Por qué?
Investigando en variados sitios noté que la producción de quinua en la Argentina se mantiene sobre todo en el noroeste en las provincias de Catamarca, Jujuy y Salta aunque el INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) desarrolla algunos procesos de producción en Cuyo, la Patagonia y la Región Pampeana. Sin embargo, en el año 2016 entraron alrededor de 200 toneladas de quinua de Indonesia. Esto se debe a la fuerte competencia mundial en la producción de la quinua que empezó a ser muy valorada en el mercado global. De esta manera, para Argentina es y será un desafío y un objetivo a proponerse diferenciar las características de la quinua andina, de donde es oriunda y preservar la localización territorial. En fin, si bien nuestro país es tierra de cultivo de la quinua y es propia de su pasado, ha importado usualmente desde Perú y Bolivia que son los principales importadores de este alimento; sin embargo, el mercado europeo ha ido ganando terreno en esta materia. ¿Cómo seguirá esta historia?
Por su parte, el cultivo de amaranto en América se remonta, como sabemos, a más de siete mil años. Y si bien, como la quinua, fue eliminada por la llegada española, hace unos años empezó a remontar su interés en la producción debido a las grandes propiedades que tienen.
El amaranto, en algunas zonas de Cuyo o el noroeste argentino, suele ser considerado un problema por su resistencia a la aplicación de agroquímicos y herbicidas. Sin embargo, son muchas las instituciones que buscan mejorar el cultivo y perfeccionar las semillas. Su resistencia al frío es muy elevada pero no tolera las regiones con heladas, por eso se dificulta para ser cultivada en algunos países internacionales. Actualmente son México, Guatemala, Ecuador, Bolivia, Perú y Argentina los países que lideran su producción.
Así pues, un panorama sobre estos alimentos que vale la pena recordar y buscar formas de incluirlas en nuestra cocina.
Gisela Medrano
CONVIVIR