Todavía cantamos
Todavía festejamos.
Todavía se escucha la pirotecnia.
Todavía se escuchan los brindis.
Estamos vivos.
Nacimos para festejar.
El mundo es una fiesta
A lo largo del año, tenemos fiestas y festejamos.
Fiestas religiosas, fiestas patrias, fiestas sociales, fiestas escolares, fiestas familiares. Históricamente, en todas las culturas, festejamos, celebramos. La fiesta es parte de nuestro inconsciente colectivo. Nacimos para festejar. Por lo tanto, podemos decir: lo que vemos ahora, justamente no es de ahora. Es algo que venimos repitiendo (y esperando que se repita), durante toda nuestra vida y la vida del universo. En la fiesta, el espíritu se abre para la alegría, para la fraternidad, para la esperanza.
La fiesta no es nada nuevo, pero nos renueva.
Es un sentimiento
Estamos hablando de un sentimiento humano que inunda a la gente y que nos abre el corazón. Viene al caso, entonces, que es momento para decorar y renovar nuestra dietética, “vestirla” y prepararnos para el año que comienza.
Un negocio simbólico
Es importante realzar el simbolismo del año nuevo, de los nuevos ciclos, del simbolismo del resurgimiento de la renovación. Digo yo: esto es independiente de la religión. Una cosa es la cultura y otra cosa es la religión, otra cosa es la historia, aunque seguramente se entramarán de alguna manera. Las festividades existen y coexisten. Por lo tanto, sea cual sea su posición política o creencia, lo que se adecúa al momento es lo cultural, es el simbolismo, es el humanismo.
La gente no compra solamente nueces.
En las nueces, por ejemplo, está implícita una conmemoración. Todo producto transmite un mensaje. La gente compra un símbolo para poner en la mesa, la gente compra ese imaginario que la transportará al reino de la felicidad. Usted, por lo tanto, no venda frutos secos, venda cultura, venda fiesta. Es otra mirada, es otra cara de la moneda.
Enero lleno de Ideas y Acciones
Haga para Usted mismo una lista de cinco sentimientos que las fiestas de fin de año le despiertan. Eso es para “consumo íntimo”. Pero le va a ayudar en la postura. Remueva de su local todos esos carteles, afiches, papelitos del año pasado. Limpieza. Feng shui.
Arme una mesa, con mantel, con las copas, con todo lo que corresponde. Mesa grande o chica, según sea su espacio. “La mesa está servida”. Escriba esa frase.
La mesa también es un símbolo de unión de cultura.
Las festividades e incluso el verano tienen sus símbolos alusivos, elija algunos para adornar su tienda.
El color rojo, por ejemplo, gana por goleada. Pasión, fuego, amor. Es el color aconsejado para captar la atención. El rojo tiene gran capacidad de fascinación y atracción. El color rojo no tiene edad, va para todos los públicos.
Envuelva los productos como para regalos, con moños.
Póngalos en un canasto decorado y escriba: REGALOS.
Puede armar una bolsa que (en su interior) contenga varios productos y establezca un precio promocional. Con cinta llamativa, que sea atractiva.
Y música, por favor. Lleve un equipo de sonido o su celular con pequeños parlantes. Música afín. Música para relajarse, divertirse, soñar.
Arme un pack para la preparación de un plato afín al momento: fiesta, detox… hoy están de moda los “Mockteles” para apaciguar el calor, bebidas sin alcohol con todos los ingredientes herbales (en bolsitas) e incluya una receta.
Publique la receta en las redes sociales, con la dirección de su local.
Organice un sorteo. La gente adora sorteos. Pida (a sus proveedores y proveedoras), algunos productos para sortear.
Que la fiesta siga (sin punto final)
Por Helio Perotto/CONVIVIR
*Helio Perotto es brasileño y ciudadano italiano. Psicólogo,educador, con posgrado en comunicación comercial y telee-ducación. Desde el año 2001 escribe regularmente y exclusivamente para los lectores de CONVIVIR. El público merece buena prensa. Es empresario PYME, dueño de las marcas
Samurai, Gurfi. Y, como noticia, publicó un libro cuyo tema es: Marketing para productos naturales.
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