¿Está bajando nuestro coeficiente intelectual?

Durante buena parte del siglo XX, la inteligencia humana parecía avanzar. Las puntuaciones de CI (cociente intelectual) subían generación tras generación en distintos países, en un fenómeno conocido como efecto Flynn. Mejores condiciones de vida, mayor escolarización y acceso a la información parecían impulsar nuestras capacidades cognitivas.
Pero algo cambió. Desde principios del siglo XXI, diversos estudios comenzaron a
registrar una caída en el CI promedio en varios países desarrollados, como Noruega, Dinamarca, Reino Unido y Alemania. ¿Estamos ante un retroceso en nuestra capacidad intelectual? La ciencia parece responder que sí, las causas: sociales y ambientales.

Las pruebas escolares en Argentina: una señal de alerta
En nuestro país, los resultados de evaluaciones como Aprender, PISA y otros relevamientos nacionales muestran una tendencia preocupante: dificultades crecientes en comprensión lectora, resolución de problemas y habilidades matemáticas básicas, especialmente en sectores más vulnerables. Se expresa también que el contexto de pandemia profundizó estas brechas, pero ya se venían acumulando desde antes.
¿Significa esto que somos menos inteligentes? No necesariamente. Significa que nuestro entorno y forma de vida actual están afectando el desarrollo de nuestras capacidades cognitivas.

El impacto de las redes y la dopamina
Uno de los factores más discutidos por neurocientíficos es el impacto de las redes sociales y la sobreexposición digital en los cerebros en desarrollo. Plataformas como TikTok, Instagram o YouTube están diseñadas para captar atención de forma adictiva, generando una constante liberación de dopamina, el neurotransmisor asociado al placer y la recompensa.
Cuando este sistema se sobreestimula desde la infancia, como explican especialistas como la Dra. Victoria L. Dunckley o el neurólogo Facundo Manes, el cerebro se adapta a la inmediatez, a la gratificación instantánea, y pierde tolerancia al esfuerzo cognitivo prolongado, como leer un libro, resolver un problema o estudiar.
Además, la multitarea digital (escuchar música, chatear y ver videos al mismo tiempo) reduce la capacidad de concentración y memoria de trabajo, habilidades fundamentales para el pensamiento complejo y el aprendizaje.

¿El cerebro se deteriora si no lo usamos?
La neurociencia es clara: el cerebro necesita estímulo para mantenerse sano y activo. Así como los músculos se atrofian sin uso, también lo hacen las conexiones neuronales.
El neurólogo Álvaro Pascual-Leone, de Harvard, señala que el cerebro es plástico, pero esta plasticidad puede jugar en contra si lo entrenamos solo en actividades rápidas y superficiales. Cuando dejamos de usar habilidades cognitivas complejas —como el razonamiento lógico, la creatividad o el pensamiento abstracto—, esas funciones se debilitan.

¿Hay salida? Propuestas posibles
La buena noticia es que la inteligencia no es un rasgo fijo. Se puede cultivar. Existen caminos, tanto individuales como colectivos, para estimular el pensamiento, proteger el desarrollo cerebral y recuperar hábitos que fortalecen nuestras capacidades.

Algunas estrategias validadas por estudios científicos incluyen:

  • Fomentar la lectura profunda desde la infancia, incluso en voz alta.
  • Limitar el uso de pantallas en menores de edad, especialmente en edades tempranas.
  • Incorporar actividades artísticas, musicales y lúdicas que potencien la creatividad y la memoria.
  • Practicar ejercicio físico regular, que favorece la oxigenación y plasticidad cerebral.
  • Nutrir el cerebro con una alimentación rica en ácidos grasos esenciales (como omega 3), antioxidantes y micronutrientes.
  • Desarrollar la meditación y atención plena, herramientas que fortalecen la corteza prefrontal, clave en el control de impulsos y el pensamiento consciente.

Técnicas para desarrollar la inteligencia
Existen también técnicas concretas que pueden aplicarse en casa o en la escuela:

Mapas mentales: para organizar ideas y potenciar la memoria visual.
Lectura activa: subrayar, tomar notas, explicar en voz alta lo leído.
Juegos de lógica y ajedrez: desarrollan razonamiento y toma de decisiones.
Aprendizaje basado en proyectos: aplicar lo aprendido a problemas reales.
Estimulación multisensorial: utilizar música, movimiento y emoción para fijar el conocimiento.

Más inteligencia humana
¿Nos estamos volviendo menos inteligentes? Tal vez, en algunos aspectos. Pero también estamos hoy conscientes de las influencias que nos rodean, y eso nos permite actuar.  Tampoco se trata de medir nuestro coeficiente intelectual ya que comprendemos que existen muchos tipos de inteligencia ¿una inteligencia profunda, creativa, reflexiva? ¿O una inteligencia rápida, fragmentada y reactiva? Ser dueños de un pensamiento atento, y de nuestros sentidos agudos siempre salvó a la humanidad. 

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