Según las concepciones actuales, la discapacidad es un ESTADO que poseen las personas y que les impide una plena inserción en la sociedad, ya sea dentro del núcleo familiar, en lo laboral, en lo educacional. Es esta una condición (o una barrera) que los separa de su normal validismo, porque tienen en su persona algún problema que de manera permanente o de larga duración, los afecta en su condición motora, mental, intelectual, sensorial, etc. Es una condición en que la persona está en desventaja con otras personas de igual edad, sexo, grupo social, que hace su vida mucho más difícil.
Cambios de enfoque hacia nuevos conceptos
En los comienzos del Centro de Rehabilitación Rebiogal, allá por 1998-1999, todavía se tenía un enfoque dirigido a la “rehabilitación neta” de la persona con discapacidad; pura y llanamente rehabilitar, enfoque que fue cambiando a medida de que los nuevos paradigmas y conocimientos se fueron manifestando.
A lo largo de la historia las perspectivas en cuanto a la discapacidad han ido evolucionando. Desde la edad antigua se podía ver como el enfoque hacia la discapacidad era de “prescindencia”, esto significa que se le atribuía a la discapacidad una característica de designio, castigo o mandato de Dios, se las consideraba personas de las cuales se podía prescindir, se las eliminaba o escondía desde temprana edad. Más adelante en el tiempo se le dio un enfoque más rehabilitador, un nuevo enfoque donde ya no se consideraba a la discapacidad como castigo divino, si no como una consecuencia de algún problema médico, y que aquellas personas debían hacerse cargo de eso. Por ejemplo, en la primera guerra mundial cuando muchos soldados fueron heridos y perdieron partes de sus miembros, se comenzaron a diseñar prótesis y programas de rehabilitación, donde se esperaba que las personas debían emparejar e igualar su condición a los no discapacitados de la sociedad.
Ya partir de los años ‘70 en EE. UU e Inglaterra se produjo un cambio para bien, se viró a un enfoque “Social”. Es decir, que la misma sociedad era responsable por la mala atención, por su mal seguimiento, carencias, desatención y estado de pobreza de las personas con discapacidad, la sociedad debía cobijar y hacerse responsable en su totalidad. Pero aún se podía hacer más. Pasando los años ‘2000 se dio otro cambio de paradigma, el del enfoque “Bio- Psicosocial” donde se comparten roles entre las personas con discapacidad y la sociedad. Al recordar nuestros inicios como centro, es muy satisfactorio observar la evolución del camino recorrido. Ver que cuando iniciamos este proyecto existía un enfoque meramente rehabilitador, donde la persona debía “matarse” para lograr algún tipo de mejoría sin contemplar los aspectos de la sociedad donde está inmerso. Hoy en día bajo este enfoque “Biopsicosocial” no solamente se mantiene el enfoque rehabilitador, sino que también se le dan todas las ayudas necesarias a la persona con discapacidad para que se le facilite su vida. Desde obtener el certificado de discapacidad (que es un derecho ganado), conseguir un auto que lo transporte, tramites con prepagas u obras sociales para poder tener su tratamiento interdisciplinario, la facilitación de aparatos o aditamentos (corsés, andadores, sillas de ruedas, camas ortopédicas, etc.) todo esto forma parte de este enfoque Bio-Psicosocial.Es fundamental brindar un apoyo psicológico, para que según los intereses particulares u objetivos personales las personas con discapacidad se integren a la vida en sociedad, tenemos el orgullo de ver a muchos de nuestros pacientes crecer, desarrollarse plenos, pacientes que obtienen trabajos en los que se les respetan las cargas sociales y derechos laborales, ver a los que se desarrollan profesionalmente, verlos estudiar, armar sus familias, tener hijos, proyectos… llevar una vida plena a pesar de su discapacidad, y este es el enfoque que Rebiogal defiende a capa y espada toso los días.
Centro de Rehabilitación
Integral REBIOGRAL
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