Hoy que pareciera que la intelectualidad humana ha quedado derrotada y será prontamente reemplazada por la IA (Inteligencia Artificial). Resulta extraño ver como las fronteras de lo real se desdibujan prematuramente ante nuestros ojos. Textos, ensayos, pinturas, fotografías, videos, poemas, dramas y comedias, y también – por qué no- un poco de esquizofrenia, paranoia, psicopatía y amenazas, para que parezca más humana la inteligencia sintética; así comienzan a aparecer en escena los aportes tecnológicos y neo culturales de las Inteligencias Artificiales. Espontáneamente (suponemos) se le dio a este nuevo fenómeno el epíteto de fin de la realidad, algo muy dudoso, por cierto, porque si bien ya no podremos creer en las noticias de los medios, dado que se manipulan imágenes y escenas (arresto de Trump creado por IA) estas siempre tuvieron una gran cuota de mentira o de exageración, que ya las hacia poco confiables. Hoy acaban de cavar su más profunda fosa: ya nada puede ser real. Dudaremos de todo lo que nos cuentan y nos muestran, pero en un momento en el que no podemos creer en la Ciencia, porque ya es vox populi que está siendo manipulada por los grandes intereses corporativos y la agenda global. Hoy no podemos creer en la gran sigla que organiza la salud, sabiendo que uno de sus hombres al mando enfrenta acusaciones, en su propio país, por genocidio. Tampoco podemos creer en nada que nos sirva de referente, a excepción de la naturaleza…y las relaciones personales. No podemos creer en la Justicia corrupta y manipulada, no podemos creer en las organizaciones gubernamentales globales, con sus crímenes de guerra y sus genocidios perpetrados en todo el mundo, cómplices de los imperios. No podemos creer en sus mentiras amañadas a la agenda 2030. No podemos creer en la Medicina dictada por sicarios al servicio de intereses económicos. No podemos creer en los Políticos y funcionarios de un sistema corrupto implantado y gestionado para la corrupción organizada. Tampoco podemos creer en las religiones xenófobas acusadas de pedofilia con comportamientos más parecidos a la definición de “satánicos” y claramente patriarcales. Nunca pudimos creer en los Medios de Comunicación, como lo demostrara Orson Wells en 1938. Ya en la era folletinesca, antes de la tecnología de comunicación de masas, se manipulaba la mente del lector. Si este es el fin de esa realidad, deberíamos celebrarlo, aunque después tengamos que explicarles a nuestros hijos, que el agua verdadera es la que moja y el fuego verdadero es el que quema y no la realidad holográfica que aporta la tecnología y la IA. El Fin de Las Mentiras es el inicio de la Revelación de la Verdad y eso es para celebrar y cantar de alegría. El fin de la realidad es el fin de un sistema depredador y esclavizante y totalmente deshumanizante y querer conservarlo es ser cómplice de la devastadora destrucción y manipulación que se está haciendo con el planeta y la humanidad, o lo que queda de ella. Porque el humano se hace con el ejemplo, si no, se es inhumano o a penas un animal sin conciencia, como muchos. A medida que todo estalla en mil pedazos, la Verdad resplandece cada vez más radiante, porque a la Verdad no le importa lo que tu creas. Ella permanece, mientras uno es esclavo de sus creencias. La única verdad, es la Naturaleza, la tierra, el agua, el aire y el fuego; y toda la biodiversidad. Lo demás son artificios y supercherías y fraudes. Es hora de volver al Origen, a los Valores y Principios que ponen al ser humano como valor central y a ningún humano sobre otro humano.
Recuperemos la especie, Ser humano, se ejerce.
Por Ignacio Conde
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