De la grieta vegana al veganismo holístico

Cuando me propusieron hacer esta nota, recordéuna anécdota de hace ya casi 25 años.

En ese entonces daba charlas en distintos centros y en programas de radio.  En uno de ellos, conducido por un querido amigo, hablé acerca de cómo tanto las funciones corporales como la estabilidad emocional y la forma de pensar y de relacionarse dependían de una alimentación apropiada.

Que debíamos plantearnos el reaprender a elegir los alimentos que nutren y no desde los que son “buenos” o “malos”.

Tengo presente todavía la cara de susto y preocupación de mi amigo y cuando terminó el programa, seriamente me preguntó si estaba segura de lo que decía.

Claro que estaba segura de lo que decía! Porque había entendido que uno de los conceptos limitantes más importantes ha sido la idea de que mente y cuerpo están separados.

Si mi amigo estuviera entre nosotros se sorprendería de los extraordinarios adelantos que se han dado en la ciencia de la nutrición al respecto, confirmando incluso que nutrientes adecuados pueden cambiar nuestro ADN…

Los distintos medios de comunicación ponen al alcance de quienes se interesen todas estas investigaciones, muchas de ellas derribando conceptos que se daban por ciertos desde hace muchos años.

Términos como “natural”, saludable, vegetariano, vegano… tomaron una notable preponderancia y crece día a día el número de quienes adhieren a esta propuesta.  En especial es tendencia en el mundo la inclinación por el veganismo.

Es así que cada día hay más almacenes naturales, restaurantes veganos y una notable oferta de alimentos en los supermercados con etiquetas tentadoras y “vendedoras”…

El que elige ser vegano lo hace buscando mejorar su calidad de vida, entendiendo que forma parte de la misma evitar la crueldad hacia los animales.

Pero para muchos, esta elección está lejos de ser aceptada y respetada y ha provocado una grieta que cada día parece profundizarse más.

Qué es lo que está pasando? Por qué se produce este cuestionamiento muchas veces cruel y un enfrentamiento que suele carecer de sentido?

Mientras pensaba en delinear algunas razones, más allá de las individuales, leo en una página web de México un reportaje con un título que me impactó: “Consejos para iniciarte en el veganismo por uno que no es veganazi”.

Veganazi? Nunca había escuchado ese término y me pareció tremendo!

Incluso se habla, entre otras cosas, de que los veganos tienen cierta fama de ser intolerantes con los demás, de querer “evangelizar” a toda la gente a su alrededor.

Volví entonces a mis reflexiones, porque estos comentarios me remiten a lo que estaba pensando.  Que estamos en momentos en que se produjo una grieta a nivel nutricional, con dos bandos que quieren sostener posiciones a toda costa.

Una grieta similar a la que observamos en la sociedad y en la política…

La experiencia personal de cada uno, el escuchar la simpleza de los razonamientos y sobre todo ver la influencia que ejercen los medios de comunicación ofreciendo supuestas maravillas de distintos tipos de alimentos, son algunas de las razones casi suficientes para entender que no están dispuestos a abandonar su terreno conocido.

Pronostican posibles enfermedades, argumentan que se trata de una moda, que es una propuesta cara, que se piensa más en los animales que en las personas, que los lugares para comer son carísimos, que separa a las familias…

Viven aferrados a una “verdad” que no están dispuestos a cuestionar.  Menos aún permitir que otro la cuestione.

La realidad es que ven al veganismo como un riesgo para la salud, sin poder repensar el tema con un nuevo enfoque acorde con estos tiempos.  No tienen en cuenta lo que sucede con todo lo que están acostumbrados a comer…

Pero centremos ahora la mirada del otro lado de la grieta.  Tal vez encontremos algunas razones que será necesario revisar.

Estamos en un momento donde el modelo holístico está reemplazando al biomédico.  El Hombre es visto como un Todo cuerpo-mente-energía-espíritu, como un Ser social que influye a su medio y es influido por el mismo y que está en condiciones de potenciar su salud con recursos de la Naturaleza, a la cual pertenece.

Tal vez sea tiempo de redefinir al veganismo y hablar de un veganismo holístico.

Por qué hablo de esta redefinición del Ser vegano?  Porque la realidad nos muestra que muchos se definen como veganos porque no comen carne o derivados de la misma, por amor a los animales, por la preocupación por el medio ambiente, incluso por razones de salud… pero hoy pareciera que no son por sí solas razones válidas para considerarse veganos.

Son razones en sí mismas importantes, pero un poco parciales.  En algunos vemos que se consideran veganos porque no comen carne o sus derivados, pero sí comen papas fritas, chizitos, galletitas, todo tipo de harinas, alimentos con conservantes o colorantes, grasas…

Pareciera así que la elección está centrada en elegir todo lo que no tiene “ojos”, como escuché decir, pero sin conocimiento real de lo que el organismo necesita.

Son los que luego, cuando enferman, son tomados como la generalidad de los veganos…

Además y para sostener sus convicciones, muchos usan los medios de comunicación mostrando páginas web con fondos negros e imágenes tétricas, o con fotos de animales destrozados. Casi alejados del Amor por los animales! Y espantan a los que quieren convencer!

Para Ser realmente vegano es importante aprender a reelegir los nutrientes adecuados y no seguir modas que terminan siendo casi cosméticas.

Saltando (cerrando?) la grieta

El ser Vegano Holístico es una verdadera propuesta de Amor.  Amor hacia uno mismo y hacia todos los animales.

Como dieta, rescata el verdadero sentido de la escuela pitagórica, que la definía como un modo de Vida.

Porque los físicos cuánticos confirman lo que los antiguos maestros nos decían, que somos una Unidad y cuando entonces incorporamos un alimento, estamos nutriendo a todos y cada uno de los niveles de nuestro Ser.

Entonces, no hay razones parciales que justifiquen nuestra elección.  Es una verdadera toma de consciencia de que elegir los nutrientes adecuados, en un acto cotidiano y permanente de Vida, está al servicio de nuestra evolución, que es en realidad nuestra tarea de Vida.

Por lo tanto, tenemos que desechar conocimientos provenientes de otros tiempos y aprender lo que la ciencia de la nutrición nos enseña.

Así y de manera natural, no hay lugar para tratar de convencer a quien no está preparado y menos caer en ser un “veganazi”.

Desde la aceptación y el Amor se pueden trascender los cuestionamientos y las críticas, porque se trata de un proceso, donde la mejor muestra de nuestras convicciones es el ejemplo y el respeto hacia nosotros mismos y hacia los otros.

La grieta ya está entre nosotros, es cierto…

Pero confiemos en que son las señales del cambio, que ya nos lo indicara el doctor Rudolf Steiner en una conferencia del año 1916.

Allí preanunciaba que en este período, al que llama Quinto período post-atlante, el encuentro con la propia individualidad iba a traer conflictos entre padres e hijos, hermanas y hermanos…

Pero que sucede, decía Steiner, porque estamos en un tiempo de transición hacia el reencuentro de nuestra individualidad y nuestra capacidad de elección.

Tiempo entonces doloroso, pero con posibilidades excepcionales.

Entonces, volviendo a la frase de Marcel Proust, se trata de ver nuestra realidad con nuevos ojos, porque todo está a nuestro alcance.

A pesar de las influencias de nuestro entorno y de la situación actual del mundo, podemos aquietar nuestros pensamientos y nuestras emociones también con cambios en nuestro modo de alimentarnos.

Es el desafío de este tiempo!

Lic. Juana Tucci
Directora de IATENA

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