VASTU SHASTRA: El Yoga de las casas

Cuando el frío invita a mirar hacia adentro

El invierno es una estación que naturalmente nos invita a replegarnos, a estar más tiempo en casa, a mirar hacia adentro y a cuidar nuestras reservas físicas y emocionales. Desde la mirada del Vastu Shastra, el invierno no es solo una cuestión de clima: es una energía particular que se expresa en la naturaleza y también dentro de nuestros hogares. Vastu Shastra es un sistema ancestral de la India que estudia cómo la energía fluye a través de los espacios que habitamos. Nos enseña que el entorno influye directamente en nuestro bienestar, estado de ánimo y salud. Cada estación del año modifica ese entorno sutil, y por eso es importante hacer pequeños ajustes que nos ayuden a acompañar ese cambio desde la conciencia.
Durante el invierno, predomina el frío, el silencio, la oscuridad y una energía más introspectiva. Los días son más cortos, la luz solar disminuye, y nuestra vitalidad puede verse afectada si no buscamos maneras de equilibrarla. El Vastu propone acciones concretas para armonizar los cinco elementos presentes en nuestro entorno —tierra, agua, fuego, aire y espacio— y ayudarnos a atravesar esta etapa con más bienestar.

El elemento Fuego se vuelve esencial en esta época del año. No solo en términos físicos, como mantener la casa calefaccionada, sino también en lo energético: necesitamos activar la vitalidad, el entusiasmo y la digestión. Una manera sencilla de hacerlo es encendiendo velas o lámparas en el sector Sudeste de la casa, que es el área asociada al fuego. Esto ayuda a contrarrestar la energía invernal que tiende a enfriar y ralentizar.
Los colores también juegan un papel importante. En invierno, rodearnos de tonos cálidos como el rojo, el naranja o el amarillo puede elevar el ánimo y aportar sensación de calidez. No es necesario pintar las paredes, basta con incorporar estos colores en detalles: mantas, almohadones, alfombras o incluso en la vajilla o los alimentos que consumimos. Lo visual también alimenta.

La cocina cobra especial protagonismo. Según el Vastu, este espacio es el corazón energético del hogar. Cocinar con ingredientes naturales, de estación y nutritivos, no solo alimenta el cuerpo, sino también el entorno. Una cocina limpia, ordenada y activa favorece la salud y el equilibrio emocional. Incluir especias como jengibre, canela, cúrcuma o clavo de olor no solo calienta el cuerpo, también eleva la energía del lugar.

Otro aspecto clave es la luz: Aunque el invierno tiene menos horas de sol, es fundamental permitir que la luz natural entre en los ambientes. Levantar cortinas, abrir ventanas en las primeras horas del día, y usar iluminación cálida por la noche ayuda a regular el ritmo circadiano y a mantenernos con más energía y claridad mental. También es recomendable ventilar bien los espacios, incluso en los días fríos, para renovar el aire y evitar que se estanque la energía.

En esta época también es importante cuidar el entorno emocional. El Vastu nos recuerda que cada acción que realizamos en un espacio deja una huella energética. Si pasamos mucho tiempo en casa sintiéndonos apáticos, estresados o sobrecargados, esa vibración queda en el ambiente. Por eso es tan valioso realizar actividades conscientes como la meditación, la lectura o el descanso profundo en espacios que sintamos cuidados y ordenados. Podemos reservar un rincón tranquilo de la casa —idealmente en el Noreste— para conectar con nosotros mismos y restaurar la energía interior. Incluso una pequeña mesa con una vela, una planta y un cuaderno puede ser suficiente para crear ese espacio sagrado que nos invite a habitar el presente con más calma y claridad.
El invierno también es un buen momento para hacer una limpieza profunda, eliminar lo que ya no usamos y simplificar. El desorden bloquea la energía, y en invierno, cuando pasamos más tiempo puertas adentro, ese bloqueo se siente más. Ordenar y depurar objetos, papeles o muebles innecesarios tiene un impacto real en cómo nos sentimos. Cada espacio liberado es una invitación a que entre algo nuevo.
Crear un ambiente acogedor en invierno también implica cuidar los detalles sensoriales: sonidos suaves, aromas naturales, texturas agradables al tacto. Escuchar música tranquila, usar aceites esenciales como el de naranja o incienso, y rodearse de objetos que generen calma y belleza ayudan a sostener una frecuencia armónica en casa. Todo lo que percibimos a través de los sentidos influye en nuestro estado interior. Habitar con conciencia también es cultivar lo sutil.
El invierno no tiene por qué ser una etapa pesada o incómoda. Puede ser una oportunidad para fortalecer nuestro hogar como un refugio que nos contiene, nos nutre y nos equilibra. Desde el Vastu Shastra, podemos hacer de esta estación un tiempo de pausa consciente, de fuego interior y de conexión profunda con nosotros mismos, con los alimentos que elegimos y con los espacios que habitamos. Porque cuando el frío invita a mirar hacia adentro, el hogar puede convertirse en el mejor lugar para florecer desde adentro.

Por Arq. Dardo Gutierrez/ Arquitecto y consultor de Vastu
Egresado de American Institute of Vastu, California, EEUU.
www.vastu.com.ar / Whatsapp: (+54 9) 221419-7899
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