Somos parte de un calendario ancestral
Debemos volver a lo esencial de la vida, volver a ritualizar momentos. Uno de estos momentos importantes puede ser transformar la energía de un lugar o de una persona. Si sabemos que en un lugar habrá una reunión, habrá varias personas, podemos sahumar el lugar previamente para armonizarlo y predisponer a lo mejor de cada uno en ese espacio, si vamos a tener una conversación difícil, o si ya ocurrió y se produjo una discusión sahúmo para transformar esa energía.
¿Cómo lo hago?, es sencillo puedo colocar en un cuenco, especial para esto, 1 carboncito (tener la precaución que el primer humo blanco es tóxico hacerlo en un lugar abierto).
Para sahumar un lugar, desde la cultura andina deben estar las ventanas y puertas cerradas al comenzar
1º Se abre espacio: con resinas o plantas como kopal, koaj o incienso. Comienzo por la puerta de entrada del lugar hacia mi izquierda y voy pasando por los diferentes ambientes hasta llegar a la puerta de inicio nuevamente.
2º Pasada, elijo que planta me resuena por lo que percibí y continúo sahumando con esa planta.
Para energías densas: laurel, romero, salvia, menta, ruda, contrayerba
Para concretar, resolver, despejar mente: tabaco
Para tristeza: hipérico (hierba de San Juan) y romero
Para parásitos energéticos (energías equivocadas): aguaribay, palo santo picante, contrayerba, altamisa, salvia blanca, incayuyo
3º Cierro espacio, para dejar impresa amorosidad utilizo una flor: lavanda, palo amarillo, palo amarillo, santa lucía, caléndula, rosa o manzanilla
Presto atención si en algún lugar por donde pase hubo más humo, si se encendió más el fueguito, y lo hago consciente. Cuando termino abro las ventanas y puertas.
Si es para sahumarme a mí misma puedo comenzar por sobre mi cabeza, dando vueltas en espiral en un mismo lugar y quedar dentro del humo hasta llegar a los pies y volver hacia arriba.
También puedo usar un agua florida, la maceración de cascaritas de naranja, mandarina, limón con canela y otras especias hacen que sean un protector áurico y nos trae la transformación necesaria. Puedo usarlo antes de salir de mi hogar hacia el afuera.
Los saludo hasta la próxima, y no se olviden…
¡Seamos felices, tomemos yuyitos y hongos, guardemos semillas y leamos libros!
Por Jimena Ramos Lanciotti
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