Durante el sueño la conciencia se interrumpe y se produce una agradable restauración de las fuerzas. El sentido del reposo nocturno, sus grados, forman parte del capital personal: es pues comprensible estar de mal humor cuando carecemos de él. Durante el sueño se desarrolla una actividad rítmica original, muy personalizada, muy cercana al inconsciente en donde la totalidad de todo nuestro ser parece deslizarse. La homeopatía observa las posiciones del sueño; son actitudes instintivas, de refugio o de agrado muy ricas en sentido. Dormir boca abajo podría ser objeto quizá de un análisis freudiano; se pueden citar cuatro ejemplos: los pacientes Medorrhinum, Colocynthis, Belladona y Bryonia. Para algunos se trata de una posición de comodidad buscada por las personas propensas a cólicos de tránsito rápido y doloroso. Dormir sobre el lado izquierdo produce molestias en el corazón para Lachesis y Phosphorus, o sueños de muerte (Lachesis, Thuya). Nux vomica y Pulsatilla duermen con las manos encima o debajo de la cabeza. Rhododendron cruza las piernas. La autoritaria y exigente Chamomilla, cuyo bajo vientre es muy sensible, abre las piernas. Algunas personas hablan durante la noche, otras gritan durante el sueño (buena señal de parasitosis en el niño, de despertar huraño y despavorido por la mañana). Algunos se agitan durante el sueño, como Nux vomica, que persigue febrilmente los asuntos del día. Algunos se levantan y caminan. El sonambulismo define estructuras frágiles que se realizan en el inconsciente. Rechinar los dientes durante la noche es frecuente en los estados agudos o parasitarios (Cina); pero es una situación de defensa en las personas ansiosas, meticulosas, que guardan todo para ellas y condenan su boca al secreto, y en los que se agitan durante el día, que contraen sus defensas musculares durante la noche (Kali brom, Coffea, Stramonium). Despertarse de noche es un accidente fisiológico o bien una angustia puntual, pero el estado del yo al despertar es un cúmulo de informaciones. Los hepáticos son generalmente muy irritables (Lycopodium, Nux vomica). La laboriosa puesta en marcha del circuito biliar les vuelve huraños, silenciosos, de malhumor. Su despertar debe ayudarse durante la primera media hora mediante un silencio sigiloso, para evitar una explosión hostil y enfados particularmente violentos, desprovistos de cuidado en el lenguaje. El estado general al despertar está a menudo invadido por la ansiedad: todas las desesperaciones oscuras del comienzo del día tienen un sentido fisiológico. Aurum y Lachesis son circulatorios cargados que se despiertan cansados, descorazonados y sin meta. Algunos tienen un miedo existencial permanente (Arsenic). Otros deben volver a encender poco a poco una llama que la víspera era brillante. Los cardíacos tienen un mal despertar, especialmente en los períodos de equinoccios, en que se pone a prueba su adaptación precaria (Naja, Crotalus, Lachesis). Natrum sulf. sólo sale a la superficie cuando ha despejado su intestino. Sería pretencioso para la homeopatía querer aproximarse a los sueños negando la interpretación afectiva y simbólica hecha por Freud.
«Lenguaje del Cuerpo y Homeopatía»
Dr. Roland Sananés