Salud y Trabajo, siempre fue una manera de brindar y desear el bien al prójimo, de desear el bien común. Hay una palabra que en otro idioma llama la atención: “Laborare”, conjuga la labor y la oración. Labor deviene de labrar la tierra, labrar la tierra en oración. Algunos maestros conjugan este vocablo con el significado del trabajo externo y el trabajo interior. Trabajar la tierra en oración, dignificaba la tierra y dignificaba al hombre.
El trabajar la tierra brinda la supervivencia del hombre y su familia y toda la comunidad. El trabajo interior o la oración preserva al hombre de los pecados y los demonios, que si le quitamos el contexto religioso implica no desviarse y evitar las pestes y las enfermedades, tanto propias, como de la tierra, la familia y la comunidad.
El hombre y su familia se congregaban en la comunidad y todos juntos velaban por la salud y la prosperidad de todos. La comunidad se conformaba por y para el bien común. “La unión hace la fuerza” y la comunidad organizada y unida podía enfrentar los males y las inclemencias, tanto del clima, como de bandidos o invasiones.
En algún momento la comunidad se organizó en base a los intereses de sus líderes y gobernantes y dejó de primar el bien común. Comenzó la reorganización del trabajo y se dejó librado a las posibilidades individuales la salud. Labor y oración perdieron su significado de amalgamar a la comunidad. Comenzó a escasear el trabajo y la salud, comenzó el trabajo como herramienta para esclavizar al hombre y su familia. La salud y la oración se convirtieron en un buen negocio, para los dueños del saber y los dogmas.
Hoy lo sufre la tierra, el hombre y su familia y la comunidad toda. Si no reflexionamos al respecto y no nos empoderamos con nuestra labor y nuestra oración por el bien común, los días sobre esta tierra están contados. Un país no es una empresa y no se puede gerenciar como tal. En una nación prima el bien común de sus habitantes y no se los puede descartar como se hecha al empleado en una empresa.
Sin un sentido solidario colectivo, ninguna comunidad puede sobrevivir, ya que la unión hace la fuerza y el objetivo de un bien común, amalgama a toda una sociedad. El individualismo rapaz, solo puede agotar los recursos renovables y no renovables hasta que no haya vuelta atrás.
Salud y trabajo no son un misterio, son los pilares de una sociedad sana, si estos pilares se trastocan, la sociedad enferma y muere. Muchas veces lo simple y lo obvio se nos escurre entre los dedos y no podemos retenerlo. Pero, el hombre de bien cumple con su labor y ora por el bien común.
Ignacio Conde
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