El Wayra trae movimiento

Somos naturaleza y seguimos un calendario milenario

Ya comenzó el equinoccio de primavera y octubre viene con el «Wayra». Así nombran los pueblos andinos en quechua al viento. Que nos trae movimiento.
Los polinizadores junto con el Wayra hacen que las plantas se reproduzcan, que se formen huracanes de hojas, portazos de puertas y ventanas y estornudos por donde pasan. Pero además hacen que las semillas vuelen hacia la pacha y ésta las proteja y nos brinde al tiempo alimento.
Cada año para esta época vuelve mi inquilino abejorro a su casita en una caña por la que trepa un jazmín chino. Así se también que todxs somos parte de un ciclo maravilloso.
Flexible al vaivén de este ciclo me llegó un libro y yo se los comparto a ustedes «Y la sopa del viaje en el tiempo» de editorial @faunaquerida.
Es un cuento que transcurre en la provincia de Salta, Argentina y su autora Melina Zukernik nos va adentrando al paisaje y animales del lugar. Nos cuenta como los aromas y sabores nos hacen viajar en el tiempo, y cómo con tolerancia, paciencia y amor surgen los cambios necesarios hacia un mundo más justo para toda la diversidad con la que compartimos este mundo. Y no se pueden perder las ilustraciones que acompañan la historia por Valeria Montero.
El libro lo podés bajar en PDF escribiéndole a www.faunaquerida.com.
Desde sus páginas nos susurra amorosamente que resulta indispensable, ahora más que nunca, revisar que hay detrás de nuestras ideas y costumbres para vivir en un mundo donde quepan muchos mundos. 
Para finalizar, protejan y mantengan calentita garganta y cintura. Es una época para seguir fortaleciendo el sistema inmunológico. Hacer infusiones con las siguientes plantas medicinales como Equinácea, Corteza de Chañar, Laurel solo por nombrar algunas. También pueden en una ollita poner a hervir Eucalipto. Al subir el sistema inmunológico hacemos que baje el estrés, llene la casa de aromas ya conocidos o nuevos que nos traerán un mejor bienestar para nuestro buen vivir.  
Para alergias de estación les podría ser una tintura madre de Reishi (hongo adaptógeno).
Y no se olviden, seamos felices, tomemos yuyitos y hongos, guardemos semillas y leamos libros.

Por Jimena Ramos Lanciotti
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