El gato viejo…

Asocio el padre con “el viejo” y como soy veterinario con “el gato viejo” y me dije, que bueno sería hablar del gato viejo. Es que los tipos son longevos, así que muchas veces en nuestras vidas nos cruzamos con un “gato viejo”. Es que no se nota el paso del tiempo, ya que siguen siendo agiles, inteligentes e independientes como siempre. Por tal motivo hay que estar atentos a algunos cambios en sus conductas, para tratar enfermedades crónicas antes que estas sean graves. Por ejemplo el consumo de agua o la cantidad de orina que producen. Lo vemos muchas veces chupando de una canilla que gotea o tomando agua de su tachito, mucho más de lo corriente o tenemos que cambiar las piedritas más seguido porque se mojan mucho. Está perdiendo peso, es más liviano al alzarlo. Esto lo

vamos a notar mejor en los gatos gordos. Pierden uno, dos o más kilos. Tal vez nos pongamos contentos, que ya no sean obesos, pero en realidad están mostrando una cara de una enfermedad crónica. El pelaje no es brilloso como de costumbre, se ve opaco, ralo, feo. Tiene diarreas a repetición. Está comiendo menos, su platito de comida ya no baja como de costumbre. Vemos que viene corriendo cuando le servimos su comida, pero luego come dos bocados y deja. Enfermedades crónicas como Insuficiencia renal, diabetes, enteritis, gingivitis (inflamación de las encías), problemas de sarro dentario, anemia, etc pueden estar comenzando a dar sus primeros síntomas.

Un control con su veterinario que haga una buena inspección clínica, tal vez le indique un análisis de sangre o una ecografía.

El 17% de los gatos mayores a 11 años tienen insuficiencia renal, siendo ésta la enfermedad más común del “gato viejo”. Es una enfermedad que se hace crónica que pasa desapercibida, que produce mucho daño colateral y que al ser progresiva va a terminal mal. Por eso es importante detectarla y tratarla en forma temprana. Los riñones son filtros muy sofisticados que van a eliminar las impurezas de la sangre y van a retener todo lo que es importante. Primero filtran lo grosero con unos gigantescos aparatos llamado glomérulos que si bien sólo los vemos con el microscopio, son muy grandes y poderosos en relación a las otras estructuras del riñón. De ahí la sangre filtrada va por unos túbulos finitos y largos, que tienen en sus bordes células especializadas en recuperar todo lo bueno que hay en ese primer filtrado, se llama túbulos intersticiales.  Así es como vuelven a entrar a la sangre: Los aminoácidos que forman las proteínas, los oligoelementos como el hierro, el magnesio, el calcio, el molibdeno y cientos de otros más.

En el gato a diferencia del perro y de nosotros los humanos, lo primero que falla es esta recuperación, es por eso que la orina va a tener mucho más volumen, y menor densidad. Es decir que nuestro gato va a orinar mucho más y la orina que sale será más transparente. En compensación del líquido excesivo que pierde va a tomar mucha más agua de lo que nos tenía acostumbrados.

Otra enfermedad que produce poliuria, palabra complicada que significa que orina mucho más, es la diabetes. Ésta es generalmente (aunque no siempre) de los gatos gordos, que tal vez por sus genes y su exceso de comida, agota la insulina que produce su páncreas y desata una terrible enfermedad que por suerte con medicación puede ser controlada perfectamente. Pero hay que detectarla a tiempo.

La prevención es fundamental. Los argentinos en general vivimos al día, y disfrutamos del día, sin detenernos mucho a planificar el futuro (tantas veces nos desfraudó ese futuro que nos hizo así). Y las enfermedades mejor tenerlas lejos, así que cerramos los ojos y no vemos lo evidente. No lo hacemos con nosotros y tampoco con nuestro perro o gato. Mi obligación como veterinario homeópata es advertirles. Todo es mejor si lo detectamos a tiempo.

Los tratamientos tanto homeopáticos como los otros pueden mejorar la calidad de vida y hacer que nuestro minino viva muchos años más y de buena forma. Un cambio en la dieta, unas gotas homeopáticas que regulen su metabolismo, una limpieza dental profunda, un pequeño cambio de vida que ayude a la futura salud puede evitar males mayores.

Cuando me recibí de veterinario halla lejos y hace tiempo los gatos con diabetes o insuficiencia renal no vivían mucho tiempo. Hoy gracias a los tratamientos homeopáticos y de los otros tengo muchos pacientitos que llegan a los 18, 19 y 20 años en buena forma, disfrutando y haciéndonos disfrutar de sus juegos, cariño y placeres. Porque si hay algo que caracteriza a nuestros amigos felinos es el amor a la buena vida.        

Salud y Alegría. Hasta la próxima!

MV. Jorge S. Muñoz
Médico veterinario homeópata
www.homeovet.com.ar

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