41
51006342 - pet dog pads and big claws feet closeup

H

ay una serie de trastornos funcionales que afectan a los perros en su tren posterior. Vemos que nuestro perro no camina bien, algo le pasa en las patas de atrás. Algo no está como de costumbre. Si buscamos el detalle, veremos que arrastra las patas, no las levanta como antes, “chancletea”, toca con sus dedos flexionados el piso. Le cuesta subir escaleras, o subirse a su sillón favorito. Bambolea la cadera más de la cuenta.  Cuando está parado le tiemblan las patas, como si tuviera electricidad. Se enoja cuando le tocamos la espalda o la cadera, como si tuviera dolor. Pude tener un problema agudo: pega un grito y queda duro, no se mueve.  O puede ser algo crónico que viene desde hace mucho y se incrementa diariamente. Es lo que llamamos dolor crónico. Está caído, triste, no come como antes, no quiere salir a pasear, no mueve la cola, tiene una secreción como gelatina en los ojos. Todos estos trastornos los englobamos en lo que llamamos: “patologías del tren posterior”. Es hora de consultar con el veterinario. 

En nuestro consultorio escuchamos el relato de sus síntomas, observamos como camina, le hacemos una revisación clínica profunda, indicamos algún examen complementario: Radiografia, ecografía, resonancia magnética etc.  Llegando a un diagnóstico, lo más preciso posible, a veces es imposible saber la real causa. ¿Qué es lo que le pasa al perro? ¿Cómo se produjo lo que tiene? Y lo más importante ¿Qué tratamiento implementaremos para curarlo o al menos mejorar sus problemas?

Podemos dividir en dos, los tipos de patologías. 1. Las que causan dolor 2. Las que causan debilidad o restricción.  

Las primeras son producto de problemas inflamatorios agudos o crónicos que causan dolor y cambios funcionales. 

Los segundos son problemas neurológicos que causan pérdida de fuerza que altera y limitar sus movimientos. 

Luego tenemos que determinar si el problema local es producto de una enfermedad general: Cushing, Parásitos, Diabetes, etc. O más localizado: alteraciones en la columna, articulaciones, músculos, huesos.  Así es como llegamos a indicar radiografías, tomografías, resonancias etc para terminar de precisar el diagnóstico y de acuerdo a este, un pronóstico. Algunas cosas se pueden curar, otras no. Algunas cosas se pueden mejorar y convivirá con ellas sin mayores problemas y otras son irreversibles, progresivas y graves. 

La homeopatía tiene herramientas muy importantes para el tratamiento de estas patologías. Para elegir las mejores hay que hacer un estudio de “todo el animal” cuerpo y mente. Anotaremos todos los síntomas y sus modalidades. Como cambió su conducta, si se hizo más sociable y busca la compañía o por el contrario quiere estar solo que no lo molesten. Se busca el calor o el frío. Si mejora con el movimiento o por estar inmóvil. Si tiene más sed o más apetito o todo lo contrario. Tenemos que tomar una foto o mejor una película de nuestro paciente en su totalidad. Porque la enfermedad está en todo el cuerpo y no solo en el lugar de la lesión. Todo está alterado, todo está desequilibrado y hay que volver a equilibrarlo.  Con todos estos síntomas se hace una repertorización, que sirve para elegir, el o los remedios que lo van a mejorar. Lo que llamamos su remedio de su estado o remedio constitucional o remedio miasmático, cambia el nombre según el libro. Tendremos aquí a un Lycopodiun, un Sulphur, un Mercurius, un Natrum muriaticum, un Rhus tox, etc. Luego acompañaremos a este remedio con fórmulas que elaboramos de acuerdo a los síntomas locales, al tropismo de la lesión. Estos son medicamentos más pequeños, con una esfera específica de acción. Que trabajan sobre los nervios, sobre la médula espinal, sobre los músculos, sobre las articulaciones, sobre los ligamentos etc. Indicaremos una buena dieta, suplementos nutricionales específicos, lisados etc, que complementen el tratamiento. Una derivación para kinesiología es el mejor camino para la rehabilitación.  Esta batería de remedios y nutraceuticos se pueden dar durante toda la vida que no causarán ningún daño colateral. Los antiinflamatorios y analgésicos convencionales los podremos usar si es que hay una agravación, pero solo por uno o dos días, ya que tienen efectos colaterales nocivos. Es bueno recordar que para estos casos nunca hay que medicarlos por su cuenta y mucho menos darle remedios de humanos. El Ibuprofeno por ejemplo mal usado o con dosis de humanos puede causar la muerte de nuestro perro. Ni que hablar de los gatos, que son extremadamente sensibles a intoxicarse. Resumiendo si nuestro amigo tiene problemas con sus patas, hay que consultar con su veterinario y si este es homeópata mucho mejor. 

Hasta la próxima. Cuidense. Hoy más que nunca, Salud y alegría!     

Durante la cuarentena estamos atendiendo los días Martes y Sábado por la mañana. 

MV. Jorge S. Muñoz
Médico veterinario homeópata
Solicitar turnos al 4632-3558
homeopatia5@gmail.com   |   www.homeovet.com.ar
@homeovetmunoz

Artículo anteriorMasa madre!
Artículo siguienteNueva normalidad, nueva sensibilidad

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí