Las disfunciones sexuales son problemas en la respuesta sexual humana (el deseo, la excitación y el orgasmo) que usualmente impiden el desarrollo de una vida erótica plena, afectan la salud integral y la autoestima del individuo, así como su relación de pareja.
Sus causas han sido ampliamente estudiadas y se llegó a la conclusión de que no solamente se reducen a cuestiones físicas, sino también psicológicas y sociales, lo que hace de esta problemática algo más complejo. No es biología pura y exclusivamente.
Hablemos un poco de DSM
La presión social sobre el rendimiento sexual del género masculino ha sido culturalmente mayor, inclusive en base a mitos y creencias sin sustento científico. Es por ello, que la ciencia se ha dedicado exhaustivamente a encontrar soluciones efectivas al aspecto físico, y a los laboratorios, a desarrollar fármacos sintéticos a tal fin.
Rompamos con estas creencias: ¿Cómo se origina?
Las causas principales de un bajo rendimiento sexual masculino pueden diferenciarse en dos tipos:
Causas psicológicas: Problemas interpersonales (falta de confianza y comunicación), problemas del individuo (autoestima, depresión, miedos y culpa, etc.), problemáticas basadas en el entorno (estrés, problemas económicos, etc.) y falta de libido asociada a lo anterior.
Causas físicas: Entre muchos factores podemos encontrar, los efectos de la edad, problemas vasculares, cardíacos, desajustes hormonales, daños físicos derivados de enfermedades de la próstata y desórdenes endocrinos, en resumen, causales de la disfunción eréctil.
Tratamiento tradicional: la píldora milagrosa… y peligrosa.
Durante años los grandes laboratorios han logrado desarrollar medicamentos únicamente para cubrir el aspecto de la sexualidad física (potenciadores sexuales como el viagra) y a los psicofármacos (antidepresivos, reguladores de ánimo, sedantes, etc.) para atacar los problemas asociados al stress, sin tener en cuenta los efectos secundarios muy negativos para la salud.
¿Qué alternativas de tratamiento tenemos?
Hoy podemos hablar de alternativas naturales para combatir el síndrome de DSM con elementos más beneficiosos para el organismo y sin efectos indeseados que en muchos casos profundizan el problema.
Existen suplementos que combinan extractos vegetales tales como:
Ginseng Panax Coreano
Es una hierba seca cuya raíz es utilizada en la medicina tradicional oriental. Ésta ha demostrado en numerosos estudios beneficios en el tratamiento de las disfunciones sexuales masculinas, como la disfunción eréctil y la eyaculación precoz. El ginseng Panax contiene muchas sustancias activas. Las sustancias que se creen son las más importantes se llaman ginsenósidos, compuestos naturales de naturaleza esteroide, similares a hormonas presentes en el cuerpo.
Mejora la función cognitiva, las enfermedades cardiovasculares, equilibra la respuesta al estrés, mejora el estado de ánimo y, aumenta los niveles de energía del cuerpo y la sensibilidad a la insulina.
Guaraná
Otra opción natural disponible para el consumo seguro es el Guaraná, fruto que proviene de una planta que se encuentra en el Amazonas. Es rico en vitaminas y estimulantes similares a la cafeína, como la guarinina, por lo que es utilizado para diversos consumos.
Debido a su propiedad energizante, es usada para la fabricación de jarabes, polvos, gaseosas y suplementos dietarios.
Es utilizada para mejorar la falta de deseo sexual, regular el apetito, mejorar el rendimiento físico, tratar problemas intestinales y la artritis.
Astrágalo
El Astrágalo es una planta medicinal perenne nativa de China. Es una de las plantas medicinales más usadas en la medicina natural oriental para tratar las enfermedades crónicas y para aumentar la vitalidad en casos de debilidad.
Contiene oligoelementos esenciales para las funciones del metabolismo tales como aminoácidos, polisacáridos inmuno- estimulantes y minerales como el calcio, hierro, magnesio, zinc y potasio.
La solución está en la naturaleza
La incorporación de estos suplementos a nuestra dieta diaria seguramente traerá beneficios para combatir este tan temido problema y dejar atrás las creencias que nos avergüenzan para convertirlo en un tema reversible y cotidianorofesional y laboral, como en la vida social y recreativa.
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