En la Astrología, que es un lenguaje de símbolos, hay tres grupos de símbolos básicos (claro que hay muchos más), los 12 signos del zodiaco que representan lo que se escribe en el cielo (12 porciones de 30° en que se divide el círculo de la eclíptica y cada una representa a una constelación de estrellas), las 12 casas que describen los sucesos en la tierra (asociadas con los 12 trabajos de Hércules) y 10 planetas incluyendo los luminares Sol y Luna que son las fuerzas y energías que actúan entre el cielo y la tierra ( llamados en la antigüedad estrellas errantes). Hoy vamos a disiparlos en tres criterios diferentes, los que vamos a llamar personales, sociales y transpersonales y nos vamos a enfocar en los planetas, personales, sociales y transpersonales. Estas tres energías diferenciadas nos afectan y condicionan de diferentes modos.
Las energías personales son las que podemos percibir e interpretar como seres vivos sobre la tierra en forma directa, ante estas podemos actuar conscientemente o no, según nuestra voluntad, instintos, sentimientos, razonamiento, aprendizajes, memorias, impresiones, etc. Podríamos decir que en este nivel funciona el “libre albedrío” ya que TODO depende de nuestra voluntad y toma de consciencia: si vivo la vida como un “autómata” ante todo lo que me sucede o tomo conciencia de mi destino y lo pongo en mis propias manos para forjarlo, esto sucede a través de la conciencia y la voluntad individual.
Las energías sociales son más colectivas y menos individuales, nos forman y nos determinan en la medida de que podamos estructurarnos conscientemente para enfrentarlas y comprenderlas, (como “autómatas” no tendríamos chance y seguramente seremos cooptados por algún movimiento colectivo de pertenencia, ya sea una ideología, culto, un deporte o una secta). Dice la Astrología Antigua, “El sabio gobierna su Estrella, el ignorante es gobernado por ella. En este nivel se debate nuestra herencia y nuestro destino con nuestra propia individualidad.
Por último, las energías Transpersonales, estas son “destinales” y NO tenemos injerencia o consciencia sobre ellas, solo en formas indirectas, nos determinan, nos atraviesan y nos arrancan de raíz o nos plantan profundamente en la realidad, más allá de nuestra comprensión o voluntad.
El tiempo humano no es el mismo que el tiempo de los “dioses”, algo así como que un año de los dioses corresponderían a 25.600 años humanos. Lo que indica que hay ciclos Astrológicos que se nos escapan y que están más allá de nuestra comprensión finita y cuando algo impredecible sucede, es que hay un ciclo largo que no tuvimos en cuenta. Dentro del año cósmico hay muchos ciclos, como las 12 eras astrológicas de 2150 años promedio cada una, y dentro de ellas muchos ciclos menores, hasta llegar a los ciclos planetarios. En estos años que corren, se conjugan muchos ciclos dentro de ciclos, algunos cortos, como Júpiter y Saturno y otros más largos.
Antes del 2027 los tres planetas transpersonales van a haber cambiado de signo zodiacal. Eso es algo muy atípico – el que los tres planetas transpersonales cambien de signo en un periodo tan corto de tiempo- dado que Urano tiene un ciclo de 84 años, Neptuno de 160, y Plutón de 240 años, en dar la vuelta al Zodiaco. Estos tres planetas transpersonales llamados los Dioses del cambio, tienen un poder transformador profundo y a veces desbastador. Atravesar una gran tormenta sin estar preparados psicológicamente y sin estar equipado correctamente podrá ser desbastador y hasta mortal, pero también puede ser la osadía que nos deposite en nuevas y paradisíacas orillas, ganando en experiencia, temple, consciencia y voluntad.
Estos cambios que vendrán se anuncian ahora, en el próximo Eclipse Lunar del 2024, el 17/18 de septiembre ya que su punto máximo se dará a las 23:44. En este Eclipse Lunar parcial para todo el mundo, serán protagonistas los tres Planetas Transpersonales Plutón, Neptuno y Urano* Esta configuración dará inicio a “lo impredecible”, indicando que “todo” puede tambalear, sacudir, romper, diluirse o desaparecer, “nada volverá a ser igual», indica y comenzará una transformación acelerada. Hablamos de una dimensión quántica que tiene un orden diferente para el que estamos afinados. Están comenzando a sonar las trompetas que anuncian la Nueva Era de Acuario.
Los próximos tres años pondrán de cabeza todo lo conocido y saldrá a la luz todo lo desconocido. La Naturaleza toda va a cambiar, sacudirse y transformarse; los elementos estarán intercambiando posiciones y reagrupándose en un nuevo orden para un nuevo comienzo. Estos tres años de finales y nuevos comienzos que van de 2024 a 2027 serán recordados como la Revolución del Alma en la Evolución de la Humanidad. El Alma Humana y el Alma de la Tierra se preparan para un parto, una Nueva Consciencia, una Nueva Humanidad, un nuevo proceso de adaptación colectiva, donde lo transpersonal derramará los cambios para el comienzo de un nuevo ciclo Planetario sobre toda la Humanidad y sobre todos los seres vivos de la Tierra. Sera un Proceso Holístico, ya que todas las energías Transpersonales se resetean al Mismo tiempo.
Solo nuestra Alma (en este eclipse Luna en Piscis conjunción Neptuno) tiene el secreto y la llave para revelar en nuestra consciencia (en este Sol en Virgo en oposición Luna Neptuno) las claves del Nuevo Orden y el poder de fluir hacia lo transpersonal abrazando el cambio y la transformación o claudicar ante los desafíos que nos presentará nuestra propia percepción de los nuevos acontecimientos.
*(Plutón en 29 grados de Capricornio, Neptuno en 28 grados de Piscis y Urano en 27 grados de Tauro en una configuración de Cometa o Barrilete generados por un Gran Trígono entre el Sol en 25 de Virgo Plutón y Urano con Neptuno en Conjunción a La luna en 25 de Piscis en Oposición al Sol y en Sextil a ambos planetas transpersonales Urano y Plutón).
Ángel Conde, Astrólogo
Iagconde1@gmail.com
