No te des por vencido ni aún vencido

Que acudan a mi consultorio personas desesperadas por la salud de su animalito es algo habitual. “Usted es mi última esperanza, ya fuimos a varios veterinarios y no nos dan soluciones, ven todo negro”. En el último mes – no sé debido a qué motivo- esto se fue agravando. Casos graves, de perros o gatos muy enfermos y la conclusión de los colegas es: “bueno es viejito, ya no hay nada que hacer, lo mejor será dormirlo para que no sufra”. Están recetando la eutanasia como tratamiento. Insuficiencias renales graves, canceres avanzados, parálisis, diabetes descompensadas etc. siempre hay algo para hacer. Reconozco que desde la alopatía no se tienen muchas herramientas y la mayoría de las veces estás son bastante tóxicas y en pacientes muy debilitados, son peligrosas. A veces el remedio es peor que la enfermedad, pero les recuerdo a los colegas que la homeopatía tiene muchas herramientas y estas no son tóxicas sino todo lo contrario, son liberadoras de toxinas. Aclaro que no estoy en contra de la eutanasia. Recuerdo que la primera que practiqué en mis comienzos como veterinario, fue la de mi propia perra. Tenía ella 20 años y yo 25, con un cáncer terminal y sí, estaba sufriendo y me mostraba que ya no quería vivir. Eso me sirvió luego de termómetro en mi larga carrera para saber cuándo sí, y cuándo no. Es que el animal es el primero en decirnos cuando se abandona, cuando tira la toalla. Tengo en mis pacientitos muchos que vinieron con este pronóstico catastrófico, que luego se recuperaron y hoy viven muy felices con su familia. Otros no. Otros a pesar el tratamiento no lo lograron, pero sus dueños quedaron con la sensación de haber hecho todo lo posible, y ese último camino lo transitaron de buena manera. Me acostumbré a los mensajes en el WhatsApp agradeciendo porque sus animalitos se fueron en paz, sin sufrimientos.
Tom es un hermoso gato de raza europea con sus 18 añitos recién cumplidos que sufre desde hace un tiempo de una insuficiencia renal, es decir que sus riñones están muy dañados y fallan en el filtrado de la sangre, produciendo por un lado una gran pérdida de elementos importantes: calcio, hierro, electrolitos, agua etc.; y por el otro la acumulación de tóxicos cuyo mayor representante es la urea. Bajó de peso, está deshidratado y ya no quiere comer. Lo tratan con suero, con vitaminas, con una dieta comercial renal, pero el pobre gato va en caída libre y entonces llega el momento de indicar la eutanasia. Pero sus dueños se resisten y por recomendación de un vecino llegan a la homeopatía. Al encontrar su remedio de base, en este caso Sulphur debido a sus características físicas, mentales y su estado actual, este lo estimula energéticamente lo suficiente como para aumentar su deseo de vivir. Además, le preparamos una formula especial para mejorar a sus riñones y también estimular a su médula para que vuelva a producir glóbulos rojos, que necesita urgentemente. Se sigue con suero subcutáneo y vitaminas para aumentar el apetito, se quita su alimento renal y se le ofrece alimento natural como carne, atún etc., que le guste, que lo estimule a comer. En los insuficientes renales hay que restringir las proteínas, pero esto no quiere decir quitárselas del todo. Lo que hay que hacer es darle proteínas de buena calidad, ya que si no come, el cuerpo saca las proteínas de sus músculos haciendo que vaya achicándose, adelgazando, perdiendo fuerzas. Por suerte Tom se fue recuperando lentamente y pudo normalizar su vida familiar. Vivió dos años más en condiciones aceptables hasta su muerte.  Es solo un ejemplo de los cientos de pacientes que merecen tener otra oportunidad y recordarme que como dijo Almafuerte en su poema PIU AVANTI. Todos los incurables tiene cura cinco segundos antes de la muerte. Hasta la próxima con Salud y Alegría.

Por MV. Jorge S. Muñoz
Médico veterinario homeópata
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