Uruguay… un pequeño gran país

Eco sustentabilidad

Los avances de Uruguay en materia de ecología y eco sustentavilidad nos deja como país un gran ejemplo a imitar.

En su Constitución Nacional se establece que el cuidado del medio ambiente es de interés general y que las personas deben abstenerse de los actos que causen depredación, destrucción o contaminación grave.

La Ley General de Medio Ambiente, prevé diversas acciones tales como:

– La protección del ambiente y de los recursos ambientales, la calidad del aire, del agua, del suelo y del paisaje.

– La conservación de la diversidad ecológica.

– La reducción y el adecuado manejo de sustancias tóxicas o peligrosas y de los residuos o desechos.

– La prevención, eliminación, mitigación y la compensación de los impactos ambientales negativos o adversos.

– La cooperación ambiental internacional y la participación en la solución de los problemas ambientales globales, como la reducción de gases que agreden la capa de ozono y protección de la biodiversidad.

Esta Ley impone que cada persona y empresa pública o privada tienen la obligación de no realizar actos que destruyen, depredan o contaminan el medio ambiente.

¿Qué papel debe cumplir el Estado? Éste, deben promover un modelo de desarrollo ambientalmente sostenible, protegiendo el ambiente y de estar deteriorado, recuperarlo o exigir su recuperación.

Y en Uruguay, el Estado genera diversas medidas que están ligadas a la ecología.

Un ejemplo de ello es la ruta eléctrica: la primera en América Latina.

Esta ruta une por ahora dos puntos turísticos de Uruguay: de Colonia del Sacramento, hasta Punta del Este pero la red se extenderá hasta Chuy, frontera con Brasil y espera tener 48 puntos de recarga para los vehículos cada 60 kms cada uno y hasta fines de este mes de marzo serán gratis.

En el país, se ha incrementado enormemente la compra de vehículos eléctricos y el próximo gran desafío del presidente de la Administración Nacional de Usinas y Trasmisiones Eléctricas de Uruguay es convertir todo el transporte a eléctrico. ¿Por qué? Esta es una medida avanzada para beneficiar no sólo la economía, sino la salud de las personas que se ven muy afectadas por los niveles de polución que producen los vehículos a gas/nafta.

Y sigue sumando puntos a favor: en el balneario Jaureguiberry se construyó la primera escuela autosustentable de América Latina. Un edificio que se levantó en cuatro semanas y que dentro de sus 270 metros alberga a 100 niños y niñas.

Un grupo de amigos, inspirados por la película El guerrero de la basura que cuenta la historia del arquitecto Michael Reynolds y su empresa Earthship Biotecture, se preguntaron qué pasaría si una escuela pública fuera construida con ese método de reciclaje, con la sustentabilidad y el trabajo comunitario que se mezclan entre los pilares de la edificación.

Entonces empezaron los pasos legales y estructurales para hacer realidad ese sueño.

Este proyecto Earthship busca “resolver seis problemas básicos que cada ciudad y país debe procurar a sus habitantes” como explica Reynolds y éstos son: refugio, agua, electricidad, comida, qué hacer con las aguas residuales y con la basura. Y así, utilizan los fenómenos naturales para funcionar.

La energía eléctrica se genera a través de paneles fotovoltaicos y el agua se reutiliza cuatro veces antes de ser desechada.

El techo del edificio recolecta el agua de la lluvia y la traslada a tanques con capacidad de 30 mil litros. Pasa por un proceso de filtrado y bombeo y es utilizada por los alumnos para lavarse las manos, regar el invernadero, tirar la cadena de los inodoros y luego termina su ciclo en un plantero que tiene un uso similar al de un humedal.

Por el modo y la orientación en que está construido, logra mantener la temperatura entre los 18 y los 25 grados durante todo el año, sin la necesidad de calefaccionarlo o refrigerarlo.

Y claro, el 60% de los materiales que se usaron para su construcción fueron de desecho: neumáticos, latas, botellas, cartón. El resto son materiales tradicionales como cemento o madera.

Para su construcción se abrieron vacantes para que personas tanto de Uruguay, como de América Latina y el resto del mundo que quisieran aprender la técnica de construcción Earthship pudieran hacerlo intercalando clases teóricas con día de construcción. Así se logró el tiempo récord de construcción y, además, mucha gente aprendió sobre un método autosustentable y ecológico de realizar una edificación.

La organización que se encargó de la realización de esta escuela – Tagma – la donó a la ANEP – Administración Nacional de Educación Pública – y funciona como escuela pública rural. Sin embargo, pretende seguir vinculada y trabajar en conjunto con las autoridades para talleres y contenidos que acompañen al edificio y su funcionamiento.

La idea y la realización de este edificio me parece algo asombroso y que debe ser reconocido y recordado, y claro, multiplicado. Los niños y las niñas que concurran a esa escuela, crecerán en un edificio diferente, entenderán y valorarán desde la infancia el cuidado del medio ambiente y eso los ayudará a vivir una vida más sustentable y a seguir expandiendo y multiplicando este concepto.

Estas fueron solo algunas de las medidas que toma Uruguay para el cuidado del medio ambiente, las cuales vale aclarar que no son menores ni de poca envergadura. En Argentina, en Mar Chiquita, se realizará la primera escuela sustentable del país.

Medidas como éstas son muy importantes para que se repliquen y se valoren.

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