A la larga la acidez termina ocasionando enfermedades.
Los efectos de las alteraciones internas del metabolismo no se manifiestan espectacularmente, sino que van ganando terreno poco a poco. Por eso lo único que podemos hacer para detectarlas es prestar atención a las señales de aviso que emite nuestro organismo.
En el caso de la acidificación corporal, suelen ir apareciendo progresivamente una serie de molestias características.
Entre las manifestaciones típicas tenemos, por ejemplo:
• Falta de energía crónica
• Agotamiento al menor esfuerzo y tendencia a sentir frío
• Escasa capacidad de recuperación
• Dificultades para concentrarse
• Irritabilidad
• Cansancio
• Uñas blandas, quebradizas, hendidas, estriadas o con manchas
• Molestias articulares
• Excesiva sensibilidad al dolor
• Propensión a las infecciones
• Propensión a las alergias
También debemos prestar especial atención al estado de nuestra piel porque una piel seca, resquebrajada, agrietada o con eczema seco, en ocasiones puede ser indicio de acidificación.