Hay mañanas en que estamos más despiertos. Es curioso, pero reemplazar las noticias de la radio en el auto por rock de “los redondos” nos cambió el alma. Un “pogo” con cinturón de seguridad, una sacudida de cabello y risa, transformó todo lo que íbamos viendo a medida que avanzábamos en las calles… Despiertos. Viviendo. Así a golpe de vista el muchacho que descargaba las bolsas de papas para el restaurante me transmitió su esfuerzo; y al joven con bigotes de Dalí de pantalones “animal print” le entendí la libertad; los nenes y padres ágiles corren, pero esperanzadamente, hacia el colegio; el chofer del colectivo está mayormente meditabundo; y las monjas de blanco impecable, usan la cartera debajo del hábito, pero combinan… Así que vi, miré y reflexioné sobre todos nosotros, esa maravillosa mañana, conectada por minutos con el aquí y ahora. Estar despiertos y conectados parece cada día más difícil, nos empeñamos en distraernos de lo que importa. Y es que todos importamos. Importa que yo, vos, nosotros nos reconozcamos como iguales, como parte de lo mismo viviendo cada uno su historia, cada uno con las mismas ganas y con distintas necesidades, pero todas y cada una, igual de importantes que las mías. Conectarse con el aquí y ahora requiere desconectarse de la incertidumbre de lo que vendrá… Nunca sabremos qué vendrá, pero sabemos que necesitamos trabajar por lo que queremos. Que no podemos dejar en manos de otros nuestros deseos y que no podemos comprar los deseos de otro. Que los medios de información no nos tienen piedad. Que lo que venden las redes es irreal, que lo debemos consumir como lo que es: una fantasía, un juego, un show. Lo real, se ve vivenciando, tocando, mirando la vida a nuestro alrededor, descubriendo la maravilla, disfrutando de la belleza de una tontería, como enseñan en las escuelas de Clown. Para estar despiertos te propongo cada mañana, levantar la cabeza, chequear cómo está el cielo, si hace frío, si hay viento… Respirar profundo, sentir el aroma de la mañana, mirar alrededor y avanzar. Así arranca una buena vida. Que disfrutes de la edición primaveral de octubre.
Cecilia Andrada – Directora