¿Por qué mientras protegemos a algunos animales (perros, gatos), nos comemos a otros (vacas, cerdos, pollos, peces)? Si todos tienen la capacidad de sentir ¿por qué ciertos sufrimientos son más válidos que otros? ¿Es necesario “amar a los animales” para decidir dejar de comerlos? ¿O es simplemente un asunto de respeto, de límites de libertad que estaban desfasados injustamente a mi favor? Te invito a debatir al respecto.
Los veganos, “los raros”, “los hippies”, “los fanáticos”, “los extremistas”. Nos llaman así porque desafiamos lo hegemónico y eso incomoda, pero en realidad solo estamos exigiendo respeto hacia quienes no lo están recibiendo.
Y los “no veganos”, ¿cómo se llaman? Si no comer animales es una decisión, entonces comerlos también lo es (el término “carnívoro”, refiere a condiciones fisiológicas que no poseemos).
Entonces, los denominamos “carnistas”. El carnismo es un neologismo, creado por la psicóloga social estadounidense Melanie Joy, que se refiere al invisible sistema de creencias que nos condiciona a comer ciertos animales. Es la ideología dominante, arraigada y normalizada, creadora de comportamientos, leyes, normas, etc. Y es una ideología violenta, cuyos principios van en contra de los valores humanos fundamentales.
Al igual que otras ideologías violentas, el carnismo necesita usar mecanismos sociales y psicológicos para permitir a la gente compasiva participar en prácticas inhumanas sin comprender realmente lo que está haciendo. Por ejemplo, en la cultura occidental comemos cerdos, pero no perros (debido a un sistema de creencias). Comer animales ya no es necesario para la supervivencia, es una elección, y las elecciones siempre tienen su origen en las creencias.
¿Todo este sufrimiento es necesario?
La Academia de Nutrición y Dietética, la organización de profesionales de alimentación y nutrición más grande del mundo, con más de 100.000 miembros, expresa: “Una dieta vegana es apropiada para todas las etapas del ciclo de la vida, incluidas el embarazo, infancia, adolescencia, adultez, vejez y atletas”. Reitero, comer animales no es necesario.
Beneficios “colaterales”
A nivel personal, llevar un estilo de vida vegano evita problemas de salud, ya que el consumo de animales y derivados está asociado a numerosas enfermedades crónicas no transmisibles (distintos tipos de cáncer, diabetes tipo 2, hipertensión, enfermedades cardiovasculares, entre otras). A nivel ambiental, la ganadería tiene un impacto significativo en diversas problemáticas ambientales (escasez de agua, deforestación, cambio climático, extinción masiva de especies, etc.) (La larga sombra del ganado, FAO, 2006).
Responsabilidades
Una vez que conocemos la realidad, somos cómplices. Tenemos el privilegio de decidir, por lo tanto, tenemos la responsabilidad de decidir bien
Delfina y Julia
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