Qué sería de nosotros sin los deseos, los deseos en todos sus órdenes nos hacen sentir que estamos vivos, que queremos ir hacia adelante, ir por más.
Más o menos carnales, los deseos nos mueven. Aunque quien nada desea finalmente nada necesita y viviría (según la ley de evolución) en una completa paz con sigo mismo y el entorno… (¡ay deseo sentirme así!)
Centrémonos- mientras evolucionamos- en desear el bien, que ya no es poca cosa, en este mundo cascoteado de malas decisiones y de objetivos equivocados. Desear el bien para los demás nos acerca al bien propio. Es como el Dar, cuanto a uno más le importa dar que recibir, la sensación es tanto más completa e independiente, tan menos necesitada y satisfecha en si misma…y atentos que no se trata de lo material. Se da un favor, se da compañía, se da atención, se da una mano.
Desear el bien y dar, que lindos objetivos para el implementar para el 2023.
Aquí en este diciembre de mundial, cuando otra vez nos toca ser nosotros ante el mundo, con el estigma de vanidad que nos hace ser poco queridos por nuestros primos hermanos, devolver bien sin mirar a quien, nos vuelve mejores.
Ganar y perder es parte del juego, es el péndulo, pero mantenerse en el centro es el equilibrio.
Así queridos lectores llegamos a la última edición del año, deseándoles, (¡claro!) que cierren su año con saldo positivo y trabajando para que el devenir de la vida con sus altos y bajos, su oscilación e inconstancia lleguen al punto equilibrio. Deseamos entonces el bien para todos, y nos damos apoyo, que así sea este próximo 2023. Salud!
Cecilia Andrada – Directora