La humanidad, atrapada en su delirio místico de progreso infinito, confunde tecnología y artificios, con evolución. El concepto de Torre para escalar hacia lo alto y tocar el cielo con las manos, se suma a la pesadilla de una evolución inventada, que asciende hacia el
progreso infinito que suponen la tecnología y el consumo depredador, pero que nos ponen ante un inexorable abismo, (¿la extinción como especie?).
La Inteligencia Artificial, es otro artificio disfrazado de evolución y lejos de parecerse a la biblioteca de Alejandría en el saber, es confundible con la Torre de Babel y el “Castigo Divino”, ya no para confundir las lenguas y que la Humanidad no sea todo un pueblo unido que hable un mismo idioma y se entiendan para realizar una obra en común. No. Esta vez es para confundir la mente y la realidad de cada ser humano, para que ya no sea un sujeto parte de un todo mayor (su especie), sino un individuo solo, desarraigado, sin pertenencia familiar, racial o territorial.
El desarraigo de la Naturaleza para la Especie Humana, como se viene gestionando desde las Corporaciones y Agencias Internacionales, puede ser mucho más lamentable que la expulsión del Paraíso bíblico. Como es claro, que ninguna especie orgánica y natural puede sobrevivir lejos de su medioambiente natural, se está tratando de mutar al ser humano con transgénicos, tóxicos, nanotecnología y alimentos sintéticos, proteínas alternativas y medicina tóxica y radioactiva.
El transhumanismo también significa el fin de la especie y seremos reemplazados por híbridos sintéticos humanoides si el camino del progreso tecnológico sigue el curso regular en el que viene marchando desde la revolución industrial euro centrista. El ser Humano consciente sabe que la perdida de contacto con la naturaleza, genera depresión, estrés, enfermedades y un costo extra en lo económico para vivir, y mala disposición para colaborar con la comunidad.
Abandonar a la Madre Naturaleza es abandonar nuestra propia naturaleza, es la pérdida de coherencia y sentido como individuo, como sujeto y como especie. Una vida saludable requiere de un contacto pleno e integral con la Naturaleza, comer alimentos vivos y orgánicos, sin agrotóxicos, ni transgénicos y sin procesos industriales que deterioren la calidad natural de sus propiedades y nutrientes. Se necesita beber y tomar agua natural, no tratada con químicos, ni con agregados sintéticos. Las regulaciones sanitarias deben ser pensadas para el beneficio de la comunidad y los individuos, y no para beneficios de las empresas y corporaciones monopólicas como se viene haciendo. No permitas que te confundan, el poder lo tenemos nosotros y debemos ejercerlo, ejerciendo la especie. No se puede privatizar la vida o juzgar qué especie puede continuar su evolución natural y cuál no. Nada debería tener más valor que una vida, las instituciones y gobiernos deberían estar al servicio del Ser Humano y no el Ser Humano al servicio de ellos. La Humanidad no es responsable por las corporaciones inescrupulosas que depredaron la Tierra y la Naturaleza; tienen nombre y apellido, y sus crímenes de lesa humanidad, están todos registrados. Su genocidios y ecocidios perpetrados para ganancias inescrupulosas de unos pocos serán juzgados por la historia y la nueva humanidad, y deberán pagar por sus crímenes imperdonables.
No permitas que te tapen el Sol, que te priven del Agua Pura, que vicien el Aire Puro, que te contaminen tu Tierra. La existencia es de Todos, defendamos el Derecho a la Vida; el planeta es de todos, no de unas pocas corporaciones y Agencias Internacionales que se
creen dioses y con el poder divino de decirnos como tenemos que vivir, qué tenemos que hacer y qué tenemos que comer. Consumamos natural, la Tierra es nuestra. No les regales tu poder.
Por Ignacio Conde