La epidemia del vapeo

Se consideraba que los cigarrillos electrónicos o vapers eran inofensivos y hasta una opción para abandonar el tabaquismo. La evidencia científica demuestra lo contrario. 
Mediante una planificada campaña publicitaria, apalancada en redes sociales y dirigida a los jóvenes, los vapeadores ganaron terreno. Se presentaban como opción para aquellos interesados en dejar de fumar. Diseñados sutilmente, imitando productos aspiracionales, con sabores atractivos, rápidamente se convirtieron en un daño para la salud.

Estadísticas alarmantes
Según datos de la 4° Encuesta Nacional de Factores de Riesgo de 2018, la última disponible en Argentina, entre los adultos, el consumo de cigarrillos electrónicos fue del 1,1%, mientras que en los jóvenes entre 13 y 15 años fue del 7,1%. Actualmente, más de 12 millones de adultos en los Estados Unidos usan cigarrillos electrónicos, con las tasas más altas entre 18 y 24 años. “Frente a estos datos, es posible afirmar que nos encontramos ante una nueva epidemia, la del vapeo. Cabe aclarar que además de afectar a aquella persona que lo inhala, también afecta a su entorno, igual que los cigarrillos convencionales”, asegura la Dra., Cecilia Cortes (MP 4774), de la FAC.
Ya desde el 2019, en Argentina se cuenta con evidencia de un joven de tan solo 30 años que debió ser internado en terapia intensiva por los daños sufridos por el vapeador. La tendencia va en aumento en todo el mundo, por esto desde la medicina se acuñó el término EVALI (Lesión Pulmonar Asociada al uso de Cigarrillo Electrónico, según sus siglas en inglés). Las lesiones sufridas por los pacientes, en comparación con la de los cigarrillos convencionales que causan 44.000 muertes anuales en Argentina, son mayores porque se manifiestan en edades tempranas. Incluso se ha registrado la necesidad de un trasplante de pulmón en Detroit, Estados Unidos.
Los síntomas producto de los vapeadores, que son el primer indicio de EVALI, son algo similar a un estado gripal, tos o falta de aire, palpitaciones, dolor en el pecho o en abdomen, fiebre, diarrea, náuseas o vómitos. Frente a alguno de estos síntomas, lo pertinente es realizar la consulta a un centro de salud.
La característica de los vapeadores es que los líquidos que se utilizan contienen varios componentes tóxicos como el acetato (aceite) de vitamina E, productos químicos, vapores y metales como el níquel, el estaño y el aluminio. Cabe destacar que en realidad no se trata de vapor, sino que ese líquido al calentarse se convierte en un aerosol.
Otro de los riesgos asociados a los cigarrillos electrónicos son sus baterías, se han registrado casos de equipos que han explotado en la cara de la persona que los utiliza. Además, debido a las sustancias saborizantes de los líquidos, éstos se convierten en un atractivo para los niños más pequeños que pueden ingerirlas generándoles intoxicación u otras complicaciones.

Método adictivo
Si bien se los presentó como una opción para dejar de fumar, la realidad muestra lo contrario. Incluso la marca más famosa de vapeadores, Juul, fue comprada por una de las más grandes tabacaleras mundiales como forma de ampliar su negocio. En el documental de Netflix, “El gran vapeo: Auge y caída de Juul”, los propios creadores del producto reconocen que en sus inicios lo vieron como una oportunidad para la salud pública, sin embargo, la realidad les enseñó lo contrario.
Algunas de las mayores complicaciones que trae aparejada el vapeo y que comparte con el consumo de cigarrillos convencionales son:

• Adicción: los cigarrillos electrónicos contienen nicotina, una droga que es altamente adictiva.

• Volverse fumador: las personas que vapean tienen más probabilidades de comenzar a fumar cigarrillos convencionales y es posible que desarrollen otras adicciones en el futuro.

• Ansiedad y depresión: la nicotina empeora la ansiedad y la depresión. También afecta la memoria, la concentración, el autocontrol y la atención, en especial en los cerebros que están en desarrollo.

• Neuroinflamación

• Impotencia

• Insomnio

• Exposición a sustancias químicas cancerígenas

• Bronquitis crónica

• Daño en los pulmones que puede poner en riesgo la vida.

• Inmunodepresión favoreciendo el desarrollo de infecciones

• Riesgo de explosión de baterías con quemaduras

• Intoxicación inadvertida en niños pequeños

Cigarrillos convencionales
Los datos oficiales señalan que todavía hay 9 millones de fumadores y que cada año mueren 44.000 argentinos por el tabaco, la mortalidad es elevada y el consumo per cápita se mantiene estable en los últimos 15 años,

Mas info en www. comunidadfac.org.ar 
Federación Argentina de Cardiología
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FB: FAC.Cardio IG: fac_cardio

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