Antropología Alimentaria – 5ta. parte
Como venimos contando en las entregas anteriores, la simbología y mitos en torno a algunos alimentos ancestrales, siguen teniendo un gran significado e importancia, aún en nuestros días.
Los alimentos más emblemáticos de cada cultura permiten darnos una idea de lo que éstos han representado a través del tiempo. El pensamiento, costumbres y tradiciones de los pueblos, toman a los alimentos que se consumen como representativos de una época o festividad en particular. Veamos algunos:
El Pan: es el símbolo del alimento por excelencia dentro del mundo occidental. Es sinónimo de vida y de dinero. Tradicionalmente, se consideraba al pan leudado como exclusivo de la clase alta, y el pan ácimo (tipo pita o árabe) de estratos sociales bajos.
Existen un gran número de aforismos y refranes con respecto al pan que se re- montan a épocas muy anteriores y que aún se conservan en nuestra cultura.
Algunos ejemplos son:
- Contigo pan y cebolla
- Ganar el pan de cada día
- Ser bueno como el pan
- Ser el pan de cada día
El Vino: tuvo un papel muy importante dentro del mundo mediterráneo. Se le consideraba como bebida sagrada por ser el jugo de la vid, una planta que vive muchos años. Dentro de la tradición grecorromana, Dionisos y Baco eran las divinidades que habían dado el vino a los hombres. Ya desde entonces se reconocían sus virtudes terapéuticas y los médicos aconsejaban consumirlo. El vino solía beberse diluido con agua y con hierbas y especias, incluso miel, para compensar su acidez. Con la llegada del cristianismo, el vino adquiriría un papel protagónico dentro de la celebración Eucarística, por haber tomado el lugar de la sangre de Cristo.
El Aceite de oliva: tenía una connotación de fuerza y victoria. En el mundo antiguo se empleaba como alimento, así
como un elemento para ungir o consagrar en distintos rituales. Se pensaba que daría paz a los muertos por ser un elemento de purificación.
En el Sacramento del Bautismo se emplea como el Santo Crisma. Estos tres alimentos forman lo que se llama tríada mediterránea, y son la base de la cultura culinaria de esa zona hasta hoy.
La Sal: es un elemento que ha formado parte de la mitología de muchos pueblos. Desde épocas muy remotas se lo utiliza como conservante y como potenciador del sabor de los alimentos.
La sal fue un recurso económico muy poderoso durante el Imperio Romano. Las palabras “salario” y “soldado” provienen de la costumbre de pagar a los legionarios con sal. Dentro de la religión cristiana su connotación es positiva: “ser la Sal del mundo”. En contraste, dentro de la mitología egipcia sus atributos son negativos: “estar salado”, “no echar la sal”.
La Miel: es apreciada como alimento natural, ya que no requiere de la intervención del hombre para su elaboración. Se conocían sus beneficios terapéuticos, así como nutricionales. En tiempos bíblicos se estimaba como alimento puro y verdadero. Aquel que la consumía era un hombre que hablaba con la verdad, como
San Juan Bautista. Continuará…