• Betacaroteno (provitamina A): protector celular que unido a las vitaminas C y E barre y absorbe los radicales libres. Protege la vista de la luz y efectos del sol, también la piel, y es una ayuda preventiva en arteriosclerosis y cáncer de pulmón, piel, colon y vejiga. Presente en frutas y verduras anaranjadas y amarillas (zanahoria, mango, melocotón, mandarina, naranja, batata) y verduras verdes (espinaca, endivia, achicoria, lechuga, escarola, berro, espárrago, repollo, y brócoli) y en tomates, maíz, nabo y guisantes.
• Vitamina C (ácido ascórbico): protege el cerebro, sistema nervioso y tejido muscular frente a los radicales libres, y convierte la vitamina E oxidada en su forma antioxidante. Estimula las defensas inmunológicas y es ingrediente fundamental en la síntesis de sustancias y estructuras indispensables para el organismo humano. Previene de resfriados y gripe, infecciones virales y bacterianas, tumores, daños y afecciones causadas por el tabaco, y del envejecimiento de la piel. Destacan en esta vitamina la grosella, limón, fresa, naranja y pomelo, ají, perejil y nabo, coliflor y espinaca, avellana y pistacho.
• Vitamina E (tocoferol): su consumo regular protege de enfermedades cardiovasculares. Entre sus propiedades, proporciona resistencia corporal, retrasa el envejecimiento celular producido por la oxidación, disuelve los coágulos sanguíneos, defiende los pulmones de la contaminación ambiental, reduce el estrés y agotamiento, su acción diurética disminuye la presión arterial; evita el aborto involuntario en el embarazo, reduce los dolores, calambres y contracciones musculares, e incrementa la potencia y el deseo sexual. Protege los ácidos grasos de alrededor y el interior de las células contra el daño de los radicales libres.
Por su poder antioxidante hidrata y protege la piel; también a los glóbulos rojos, por lo que es eficaz frente a la anemia hemolítica. Son fuentes de vitamina E La palta y el mango, la col, soja y espárrago, aceites vegetales prensados en frío, así como germen de trigo, pan y cereales integrales y espinacas.
• Selenio: mineral antioxidante fundamental para desactivar los radicales libres y frente a casi todas las enfermedades asociadas a los procesos de envejecimiento. Tiene propiedades anticancerígenas y es protector cardiovascular, estimula el sistema inmunitario y preserva la elasticidad cutánea, es un importante desintoxicador frente a metales pesados, alcohol y humo del tabaco, e incrementa la potencia sexual masculina. Son ricos en selenio la cebada y trigo en grano y el germen de trigo, plátano y mandarina, perejil, rábano, guisante y soja, coco, huevo en polvo, leche y queso.
• Cinc: oligoelemento necesario para que la vitamina A actúe como antioxidante, protege los ácidos nucleicos (ARN y ADN) que constituyen el material genético humano. Principales fuentes son el germen de trigo y centeno, copos de avena, queso y huevos, lácteos, frutas secas y verduras. Entre los síntomas de carencia de cinc: trastornos del crecimiento, caída del cabello, lenta cicatrización de heridas, pérdida del apetito, funcionamiento anómalo de las glándulas sexuales, manchas blancas en las uñas, hipersensibilidad a las infecciones y pérdida parcial del sentido del gusto.
• Ginkgo biloba: protector frente a la oxidación de las membranas celulares, sobre todo la mielina de los nervios y otras células cerebrales. Sus flavonoides, pigmentos vegetales muy activos ante los radicales libres, mejoran el suministro de sangre y oxígeno a los tejidos y el cerebro. Eficaz en la mejora de la memoria y otras funciones mentales.
• Otros antioxidantes: entre ellos, los extractos de té verde, cardo mariano, semillas de uva, el licopeno del tomate, los aminoácidos cisteína, metionina y L-glutamina, la coenzima Q10 y el ácido alfalipoico, así como en general cualquier planta en cuya composición abunden los flavonoides
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