El ajo es un antibiótico natural que estimula el sistema inmunológico y aumenta la efectividad de los glóbulos blancos y células T. Bloquea la producción de toxinas por los gérmenes. Es una llave para lograr una inmunidad óptima y protección contra las infecciones.
Por lo menos doscientos compuestos han sido identificados en los dientes de ajo, incluyendo más de setenta compuestos de azufre; las vitaminas A, B1, y C, minerales como el calcio, cobre, hierro, magnesio, potasio, selenio, y cinc, vitaminas como flavonositos, y los ocho aminoácidos esenciales y nueve no esenciales únicos. Muchos de estos micronutrientes contribuyen a la inmunidad, aunque las cantidades en un solo ajo podrían ser muy pequeñas. El ajo es un antibiótico potente e inhibidor de muchos gérmenes. También tiene propiedades anticancerígenas muy poderosas.
Benjamín Lau, Profesor de microbiología de Loma Linda Escuela de Medicina, de Costa Rica, encontró que un antiguo extracto japonés de ajo reforzó significativamente la habilidad combativa de las células macrófagos. Los macrófagos son una parte importante de las defensas del cuerpo. Investigadores japoneses de Kyoto informaron que ese antiguo extracto de ajo japonés suprimió la primera fase de promoción de un tumor. Científicos del Instituto Nacional del Cáncer y de la Sociedad Americana de Cáncer publicaron una revisión de las maravillosas propiedades anticancerígenas del ajo.
La receta de los monjes del tibet
El Ajo contiene sales minerales y pequeñas cantidades de vitaminas A, B1, B2, B6, C, principios activos, aceite esencial: aliina, enzimas. Estas y otras sustancias le confieren propiedades depurativas, germicidas y descongestionantes, por su poder bactericida y antibiótico. Activa la secreción gástrica y la motilidad de las paredes intestinales, empleándose en procesos fermentativos digestivos, parasitosis intestinal, colitis. Actúa como profiláctico en enfermedades infecciosas, ayuda en la circulación y fluidificación de la sangre y en procesos de arteriosclerosis, hipertensión arterial, várices. Combate anemias, aumentando la formación de glóbulos rojos; se utiliza en artritis, ciática, reumatismo, menopausia, hemorroides. En afecciones bronquiales ayuda a expectorar el catarro pulmonar, alivia estados de asma, y tos ferina.
Estimula el funcionamiento de órganos y glándulas: hígado, páncreas, tiroides, pituitaria y suprarrenales. Tiene beneficios sobre la diabetes por su acción hipoglucemiante y ayuda a descender el colesterol. Exteriormente facilita la cicatrización y en forma de cataplasma caliente sirve para combatir y madurar forúnculos y abscesos.
Como carece prácticamente de sodio es el condimento ideal para los que no pueden comer sal. Es antioxidante y contiene selenio. La siguiente receta, encontrada en el año 1972 en un monasterio entre las montañas del Tíbet, indica cómo preparar un producto que según la tradición de ese país, cura casi todas las enfermedades.
Lo que si se recomienda es paciencia, ya que, aunque es muy eficaz, actúa muy lentamente.
De todas maneras, si lo va a preparar, tómelo con precaución y siempre como apoyo de su tratamiento médico. La consulta al profesional sería importante para ayudarlo a decidirse.
Según los lamas, este preparado de extracto de ajo cura un sinnúmero de enfermedades:
• Limpia el organismo de grasas y cálculos depositados.
• Mejora el metabolismo y, los vasos sanguíneos se hacen más elásticos.
• Recupera el peso normal.
• Previene y mejora la arteriosclerosis.
• Resulta bueno para la isquemia, sinusitis, hipertensión y enfermedades broncopulmonares.
• Acaba con el dolor de cabeza.
• Usado para la trombosis del cerebro, artritis, artrosis, reumatismo, gastritis, úlceras de estómago y hemorroides.
• Ayuda a solucionar problemas de vista y oído.
• Es un revitalizante que ayuda a la recuperación total del organismo.
Preparación
Se necesitan 350 gramos de ajo triturado y 250 cc. de aguardiente o alcohol de cereales. Se colocan ambos en un frasco de vidrio oscuro, tapado herméticamente, en la heladera, durante 10 días. Luego de este período se filtra con un colador muy fino o con género y se vuelve a guardar el líquido en frio (heladera) 2 días más. El líquido resultante debe tomarse en gotas con un poco de leche o agua, antes de las comidas.
Yo cumplí mi parte, encontré la receta, se las copié, busque las propiedades terapéuticas, les propuse como consumir este bulbo conocido como Allium, que significa «ardiente o abrasador del paladar» y que según vimos sirve para todo. Les dejo la idea de este preparado antiguo, mas recomiendo la consulta y supervisión médica por las dudas.
Mirta Nora Bogado
EFECTOS DEL AJO
Durante la Primera Guerra Mundial su uso estaba muy extendido: Se impregnaba en los vendajes con el fin de evitar infecciones. También lo usaron los rusos durante la Segunda Guerra Mundial; cuando sufrían escasez de antibióticos recurrían tanto al ajo que acabó llamándose «la penicilina rusa».
Los compuestos del azufre de esta familia (Liliáceas) reducen los efectos cancerígenos de las nitrosaminas y de los compuestos que se generan en la carne quemada y durante la combustión del tabaco.
El ajo promueve la muerte de las células en cáncer de colon, mamas, riñón, pulmón y próstata, así como en la leucemia.